Cristiano Ronaldo, un tipo al que siempre se le ha achacado una personalidad demasiado altiva y arrogante, consiguió tocar la sensibilidad de los asistentes al Sun Life Stadium durante el encuentro contra el Chelsea en la final de la Copa Internacional. Un fan saltó al terreno de juego y se fundió en un abrazo largo y emotivo con él poniendo así la guinda a la victoria blanca (3-1).