Santo Domingo. El presidente dominicano, Danilo Medina, cumple hoy un primer año de Gobierno no exento de baches pero con una elevada popularidad, una mejora en los niveles macroeconómicos, una oposición dividida y relaciones comerciales conflictivas con el fronterizo Haití.

Tal y como explica a Efe el economista investigador del Observatorio de Comercio Internacional del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) Pavel Isa Contreras, en este año «se ha producido un intento de giro de las políticas públicas que es genuino, pese a que el presidente ha contado con poco margen de maniobra y no se ha enfrentado a algunas resistencias dentro de su partido».



Las encuestas revelan que estos doce meses han calado.

Un sondeo de la firma Penn, Schön y Berland difundido en mayo pasado revelaba que un 85 por ciento de los encuestados aprobaba su gestión.



En otra encuesta dada a conocer esta semana, dos meses y medio después, un 77,4 por ciento de los entrevistados otorgaban al presidente una puntuación de entre un 6 y un 10 (1 sería la más baja) a su gestión.

Sin embargo, lo que sí quedó patente tanto en una como en otra es que temas como la inseguridad ciudadana, algunos aspectos de la política exterior y la corrupción siguen siendo los asuntos más preocupantes.

En opinión de Isa Contreras, se trata de asuntos que implicarían pagar un alto costo político, por lo que se ha producido «una falta de acción política» para resolverlos como es el caso de la corrupción.

Según el experto del Intec, hay otros asuntos que «aún tardarán en probar su efectividad y que son apuestas de muy largo plazo» como es el caso de la educación.

Este sector ha sido una de las grandes apuestas de Medina, quien a comienzos de año anunció el Plan Nacional de Alfabetización «Quisqueya aprende contigo», dirigido a enseñar a leer y escribir a más de 800.000 personas mayores de 15 años durante los dos próximos años.

Ayer mismo ya recibieron su diploma 60.000 personas en todo el país, donde hay 1.105.634 mayores de 6 años -13 por ciento de la población- que no saben ni leer ni escribir, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

Justamente durante la entrega de esos diplomas, Medina dijo que el programa de alfabetización «es una revolución silenciosa y pacífica, pero que avanza con firmeza y cambiará para siempre el rostro del pueblo dominicano».

En el acto de ayer, el mandatario recordó que, además de este plan, su gestión fue la primera en el país que cumplió con el mandato constitucional de otorgar el 4 % del producto interno bruto (PIB) a la educación preuniversitaria y de iniciar la jornada extendida en las escuelas públicas que incluye almuerzo y merienda para los estudiantes.

Otro de los asuntos en los que ha puesto un empeño personal es en el de la inseguridad ciudadana.

En marzo creó un Plan de Seguridad Ciudadana y en junio destituyó al jefe de la Policía, José Antonio Polanco Gómez, y al presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Rolando Rosado Mateo, y nombró en su lugar a Manuel Castro Castillo y Julio César Souffont, respectivamente.

Sin embargo, para un 15,2 por ciento de la población se trata de un tema en el que se ha avanzado poco, aunque la presencia de mayor vigilancia policial en las calles es visible.

El mayor éxito de Medina, con los datos sobre la mesa, es la economía, pese a que una parte de la población sigue sin sentir esas mejoras.

La economía en el primer semestre consiguió cerrar con un crecimiento de un 1,8 por ciento.

Algunos sectores como el ganadero, uno de los que mayor avance ha experimentado, o el empresarial han destacado las aportaciones de Medina al sector.

Otro de los datos positivos es el del sector turístico, que ha logrado un crecimiento en la llegada de turistas al país durante los últimos meses.

Una de las medidas más vistosas han sido las visitas sorpresa dominicales que el presidente realiza a distintas comunidades del país, en especial las económicamente deprimidas, y en las que ha concedido flexibilidad crediticia, ha ordenado acelerar algunas obras o construir algunas nuevas y ha escuchado los problemas de primera mano.

Algo que según explicó a Efe el sociólogo Antinoe Fiallo es «algo más de forma que de fondo» y que, en lenguaje político, se llama «presentar imágenes».

Para Fiallo, el problema de estos 12 meses de Gobierno es que no ha habido «transformaciones estructurales» aunque sí «algunas políticas que han tendido hacia el cambio», pero, en resumen, se han producido «políticas superficiales que trabajan ciertos aspectos que no son problemas de fondo».

Para los próximos meses aún queda pendiente seguir resolviendo algunos de estos problemas, mejorar otros y lograr, por ejemplo, que la relación con Haití se enderece, tras dos meses y medio desde que el país vecino decidiera vedar los productos avicolas dominicanos.

Todo ello en el marco de una política exterior que los expertos destacan como positiva y que tiene su mayor exponente en el ingreso formal del país en el SICA. EFE