Con más de ocho centros comerciales que no tienen nada que envidiar a los existentes en Miami, con dos líneas de trenes que nos hacen parecer un NY chiquito, con más de dos espectáculos mensuales con artistas de renombre internacional, con calles repletas de Jeppetas y autos de lujo, con estancias y mansiones que nos recuerdan a Pablo Escobar Gaviria, con helicópteros que surcan a cada rato nuestros cielos, con más de diez aeropuertos, restaurantes de lujo de categoría gourmet, con hoteles cinco estrellas que peinan el país, con torres que nos asemejan a un país en pleno desarrollo, con cadenas de bancos de prestigio internacional, con la mitad de su población en las redes virtuales (Twitter, Facebook, instagram, Skype, Whatsapp), con cadenas radiales y televisivos que al instante nos dan la noticia, con estudios de cine que no tienen nada que envidiar a los mejores del mundo. Con corredores, túneles y puentes y autovías cuantiosas que conectan casi todo el país…

Militares de todo tipo de manos de civiles nacionales y extranjeros negociando el tráfico de drogas y el lavado de activos y lo que nos faltaba para ser una nación de prestigio mundial: la Escuela de sicarios y asesinos juveniles, que son vistos a cada rato en las cadenas de televisión internacionales a través de series y películas, con su director; Juan Félix Cordero Febles (Copelin) ido a buen tiempo quien seguro tendrá seguidores dispuestos a seguir su legado y terminar su “maravillosa” gesta…



Nota: Como los peces gordos (civiles y militares) se les están afectando sus bajos y macabros intereses, por las verdades que comienzan a flotar, como lo de Copelin, están temblando y sacando cosas al aire sin importar quienes son los responsables. Esto solo uno de sus casos como lo de los hermanos Buitrago; quienes aparentemente han comprado a todo el medio fiscal y judicial para salirse con su banda superpoderosa de narcotraficantes.

Todo lo antes mencionado nos convierte  fácilmente en un país de belugas y cavas en gustos Proseccos junto al exquisito embrujo del polvo colombiano.



por Cholo Brénes, para Noticiassin.com