candy crush

 

Si vas en un autobús o estás en una sala de espera, mira a tu alrededor. ¿Cuántas personas están jugando en su móvil a Candy Crush? Verás unas cuantas. Es la prueba de un fenómeno global que arrasa. El juego, desarrollado por la sueca King.com, es gratis, pero sepuede pagar por vidas extra o caramelos especiales. Nuevas estimaciones sitúan los ingresos diarios de la compañía en entre 1 y 3 millones de dólares.



King, que cuenta además con otros 150 juegos en móviles y tabletas, no publica ninguna cifra de negocio pero, según se estima, le ingresa cada día hasta 3 millones de dólares. Se habla incluso de posibles salidas a Bolsa y de una valoración de 5.000 millones de dólares. Candy Crush tiene buena parte de culpa: más de 100 millones de personas entran cada día a por su partida diaria. Es la última adicción en el móvil.

Europa puede haber perdido hace tiempo el liderazgo en sectores como telefonía móvil, pero en el de los juegos está en plena ebullición. La finlandesa Rovio triunfó con Angry Birds, la sueca Mojang con Mincraft y ahora esta otra firma sueca, King, arrasa con Candy Crush.



En una entrevista, su co-fundador y responsable creativo, Sebastian Knutsson, asegura que la clave del éxito es lo que ellos llaman «entretenimiento en pequeñas dosis», es decir, justo lo que vemos en el ómnibus o la sala de espera: echar una partida o dos en tiempos muertos, de camino al trabajo, de vuelta, en los 10 minutos antes de acostarse.

Otra de las claves del juego, además de mezclar elementos de otros títulos míticos como Tetris o Bejewelled, es su enorme contenido (más de 450 niveles gratis) y la propagación por redes sociales. Cuando te quedas sin vidas puedes esperar 30 minutos, pagar o pedir ayuda a tus amigos en Facebook (y de paso propagar el juego).

Candy Crush está teniendo tanto éxito que compañías como Zynga, que aún no han logrado colarse con éxito en el móvil, lo ven con envidia. Incluso el nuevo jefe de Zynga, Don Mattrick, antes responsable del lanzamiento de la Xbox One en Microsoft, se confesó adicto a explotar caramelos. ¿Y quién no? Aunque quizás la pregunta correcta sea: ¿hasta cuándo? Porque si algo parece claro es este mundo de móviles y redes sociales es que lo que mandan ahora son las modas y las oleadas.

Fuente: es.gizmodo.com