leonel fernandez

Leonel Fernández

Durante el IV Foro de la Democracia Latinoamericana que se celebra en la capital mexicana, Fernández denunció una «crisis de liderazgo mundial», que «se refleja sobre todo en el G20», grupo que integra las veinte principales economías del mundo.

Una idea defiende que «lo prioritario y lo urgente es enfrentar el problema de la deuda», generada por «la aplicación de políticas por parte de los Estados de salvar a los bancos en quiebra», los cuales ahora exigen «a los Gobiernos que prioricen el pago de la deuda» para «salir de la crisis global».



Por otro lado, continuó, está el modelo estadounidense de Barack Obama, que busca «por vía fiscal enfrentar el problema del crecimiento de la generación de empleos» mediante la «aplicación de políticas monetarias vía la Reserva Federal», que permite que «todavía crezca» su economía.

Este modelo, que parece haber «encontrado el obstáculo del Congreso» de EE.UU., crece de forma «frágil y vulnerable», pero «más que el 0 %» de Europa con su política de austeridad, dijo el exmandatario.



Fernández, que gobernó la República Dominicana en los periodos 1996-2000 y 2004-2012, también habló sobre la evolución de la democracia en América Latina, desde la «ruptura con el orden colonial» y la «construcción del Estado nación», en una ponencia titulada «Pobreza y crisis de representación: ¿hacia una mayor o menor cohesión en el 2020?».

Después de los procesos de independencia, América Latina cayó en el caudillismo y la anarquía, mientras que «la democracia fue la excepción» en el siglo XIX y parte del XX, apuntó.

«El insuficiente desarrollo capitalista» en este periodo impidió que en Latinoamérica hubiera «un desarrollo democrático e institucional», añadió Fernández en el foro organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Tras la Segunda Guerra Mundial, esta región vivió tres momentos en favor de la democracia, con los impulsos democráticos en Venezuela, Costa Rica y Guatemala, la caída de regímenes a finales de los 50, y el periodo de fines de los años 70 y principios de los 80, que iniciaron «más de tres décadas de estabilidad» democrática.

En la última década, de 2003 a 2013, la región vive una «edad de oro», ya que «nunca antes se había logrado generar tanta riqueza» y equidad social, gracias en buena parte a la demanda de economías emergentes como la china, cuyo decrecimiento por la crisis influyó también en estas naciones, por la «interdependencia» mundial.

Un ejemplo de esta son las «protestas con carácter global» que se están dando estos años, una «revuelta de la clase media» afectada por la crisis, y con expectativas cada vez mayores a las que los Estados no han sabido satisfacer.

El exmandatario alegó que «en el corto plazo el horizonte todavía luce gris», ya que «lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no termina de nacer».

Sin embargo, pronosticó para el medio y largo plazo latinoamericano «un sendero de crecimiento económico, de desarrollo sostenible» y de políticas sociales contra la exclusión.

El Foro de la Democracia Latinoamericana reúne desde ayer y hasta mañana a expertos, funcionarios, empresarios y políticos para analizar los principales problemas y retos que enfrenta la región. EFE