mujer-feliz1

 

Sabiamente dijo Juan XXIII: «hemos sido creados para la felicidad, no sólo en el otro mundo sino también en éste». La pregunta que la mayoría de personas me hacen por Twitter (@chrisbarquero) es, ¿qué hacer para vivir mejor y ser más feliz?



La respuesta es simple y quizás dura a la vez para muchos. Para mí lo fue por años, pero cuando empecé a trabajar eso de lo que carecía la vida me cambió totalmente: autoestima. Si tenemos una autoestima elevada, estaremos preparados para darle la bienvenida a la vida y a los cambios, sabiendo que nuestras respuestas ante las circunstancias serán siempre constructivas y enriquecedoras.

¿Cómo se logra? Evidentemente con mucha paciencia, práctica, tiempo y dedicación. Si nunca hemos tenido mucha autoestima, necesitaremos enfocar toda nuestra atención para desarrollarla, ya así formar los pilares de nuestra felicidad.



La reconocida autora de best sellers tales como «Usted puede sanar su vida» y «El Poder está dentro de ti», Louise L. Hay -quien ha ayudado a miles de personas en todo el mundo a utilizcial de sus poderes creativos para el crecimiento y la auto curación- ofrece un método para cambiar nuestra actitud, nuestro amor propio. Hace años empecé a aplicarlos a mi vida y esto, unido a otras técnicas hizo que me empoderara, que empezar a crecer en mí, es decir, empecé a construir mi autoestima, pues en mi caso no existía una base para la misma.

Todo lo que implica no tener autoestima como: criticarnos continuamente; maltratar nuestro cuerpo con una alimentación desequilibrada; aceptar, creer que no somos dignos de amor; posponer actividades que nos beneficiarán, exigirnos hacerlo todo perfecto; vivir en medio del caos y el desorden; crearnos dudas y obligaciones; creer que somos menos valiosos que los demás y desgastarnos comparándonos con todos; sentirnos culpables de nuestros sentimientos, de lo que sentimos; creer que es más importante la felicidad de los demás que la nuestra, atraer relaciones donde no se nos valora; dejar de expresar nuestras necesidades; buscar siempre la aprobación de los demás, no marcar límites y decir que sí a todo para que nos amen; todo eso lo viví, y los pasos que a continuación te voy a compartir de Louis L. Hay me ayudaron a entender que merezco lo mejor, confiar en mi capacidad de pensar, de hablar y afrontar lo que la vida me pone por delante, confiar en mi derecho a ser feliz, el sentimiento de ser digno y merecedor y a saber que la vida me puede ofrecer lo mejor si yo lo busco, lo declaro, lo visualizo, lo trabajo y si me enfoco en eso a pesar de todo lo que suceda.

Así que por eso en esta columna te comparto esos sencillos pasos que practicándolos religiosa y rigurosamente a diario y por años, te llevarán a amarte, respetarte más, sabiendo qué es lo que realmente mereces y no aceptando simplemente lo que hay.

Estas son sólo algunas de las formas que podemos comenzar a fomentar para ir fortaleciendo nuestra autoestima, según Louis L. Hay y que a mí, te confieso, me cambiaron la vida. Recuerda que es como lavarse los dientes, no puedes dejar de hacerlo y es varias veces al día y para siempre que debes aplicarlos.

1.- Deja de criticarte
La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte. Acéptate exactamente tal como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas, tus cambios son negativos. Cuando te apruebas, tus cambios son positivos.

2.- No te asustes
Deja de aterrorizarte con tus pensamientos. Es una forma horrible de vivir. Busca alguna imagen mental que te produzca placer e inmediatamente reemplaza el pensamiento aterrador por uno agradable. (Mira lo bueno de cada situación, deja de buscar el punto negro en la sábana blanca).

3.- Sé amable, apacible y paciente
Se amable contigo. Pórtate bien contigo. Ten paciencia contigo mientras aprendes esta nueva forma de pensar. Trátate como tratarías a una persona a la que verdaderamente amas.

4.- Sé tolerante con tu mente

El odio a uno mismo, es el odio a los propios pensamientos. No te odies por tener los pensamientos que tienes. Cámbialos suavemente. (A mí me funciona mucho cada vez que tengo un pensamiento que no es mío decir: reconozco que este pensamiento no es de Dios o también digo: reconozco que este pensamiento no es mío no me corresponde, no lo quiero, amada presencia, asume el mando).

5.- Elógiate

La crítica destruye el espíritu interior. El elogio lo construye. Elógiate todo lo que puedas. Alábate por lo bien que haces las cosas, por más insignificantes que sean. (Claro, tampoco se trata de que pierdas las perspectiva de la realidad, todo con su modo, en realidad es más que todo que no te juzgues tanto y si algo pasó la siguiente será mejor y así).

6.- Bríndate apoyo

Busca formas de apoyarte. Recurre a tus amigos y déjate ayudar. Es muestra de fortaleza pedir ayuda cuando se necesita.

7.- Sé indulgente con tus aspectos negativos

Comprende que los creaste para satisfacer una serie de necesidades. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas de satisfacer esas mismas necesidades. De modo que deja amorosamente que las viejas pautas negativas se vayan. (No te afanes, ni te reprendas, todo a su tiempo se irá, cambiar tus pensamientos, tus palabras y tu actitud para con la vida no es cuestión de encender y apagar, ha sido lo que has venido haciendo durante años, debes darte tiempo e ir poco a poco. En un abrir y cerrar de ojos lo habrás logrado).

8. – Cuida tu cuerpo

Infórmate sobre cuál es la nutrición adecuada para ti. ¿Qué clase de combustible necesita tu cuerpo para tener una energía y vitalidad óptimas? Infórmate sobre las distintas modalidades de ejercicio físico que existen. ¿Qué tipo de ejercicio le gustaría hacer? Cuida, mima y venera el templo en el que vives. (Siempre he dicho que el cuerpo es el templo del alma y pues en qué clase de templo quieres habitar, te dieron un cuerpo para que lo cuides para que mientras estás acá en la Tierra te aporte, sea el vehículo de tu alma y no un montón de problemas médicos).

9.- Trabajo con el espejo

Mírate a los ojos a menudo. Expresa el creciente amor que sientes por ti. Perdónate mirándote en el espejo. Conversa con tus padres mirándote en el espejo. Perdónalos también. Al menos una vez al día di: «Te quiero, realmente te quiero». (A mí me funciona muy bien decirme al espejo: me amo, merezco lo mejor y me acepto. Y en cuanto a las personas que debo perdonar, me siento delante de una silla que tenga sus nombres, empiezo a asumir que están ahí, primero les digo lo que les agradezco y luego les hago saber qué hicieron que me dañó a mí).

10. – ¡Hazlo ya!
No esperes a sentirte bien, ni a perder peso, ni a tener el nuevo empleo o la nueva relación. Empieza ahora a hacer cosas y hazlas lo mejor que puedas.

Recuerda que el perdón empieza por uno mismo. ¡Sonríe, agradece y abraza tu vida! Sobre todo: ¡a despertar a la vida, gente! Para VIVIR.

Por Christopher Barquero – Periodista y personal coach


Fuentehttps://voces.huffingtonpost.com