Organizaciones de la Frontera dominico-haitiana condenaron hoy el asesinato de cinco personas en (dos dominicanos y tres haitiano) en el municipio de Neiba, provincia de Bahoruco, al sur de la República Dominicana y la forma como fueron repatriados 347 persona en su mayoría inmigrantes haitianos.

Haitianos



El Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados (GARR) expresó su preocupación por los hechos violentos ocurridos desde el pasado jueves cuando la paraje de esposos José Méndez y esposa Luja Díaz fueran muertos supuestamente por dos ciudadanos haitianos y el posterior linchamiento (el viernes) de tres haitianos solo conocidos como “Coito Pie, Michelet y Nonnonm” por parte de una turba de dominicanos, en venganza por la muerte de los dos dominicanos en la Loma “La Petaca”, Neiba.

“Nos preocupa la tensión y el temor que tienen ahora en las comunidades dominicanas donde habitan haitianos que trabajan en plantaciones agrícolas, que viven con sus familias, pero que tienen miedo a que puedan ser atacadas por grupos de dominicanos en represalia por la muerte de los dos dominicanos”, expresó la activista de los derechos humanos, Colette Lespinasse, Directora Ejecutiva del Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados (GARR).



Consideramos que lo primero que debieron hacer las autoridades dominicanas era evitar que turbas de dominicanos atacaran a los inmigrantes haitianos y no disponer la expulsión masivas de 347 personas, dejando éstos todas sus pertenencias, viviendas y trabajo en suelo dominicano, indicó Lespinasse. “Los inmigrantes haitianos fueron a buscar protección y seguridad a las autoridades no solicitaron fueran repatriados”.

Informó que el sábado fueron repatriados 244 inmigrantes personas. 82 niños y niñas, 51 mujeres y 111 hombres, la mayor parte de los infantes tienen menos de 10 años y algunos de ellos, sus madres afirmaron nacieron en la República Dominicana.

El domingo fueron expulsados desde la República Dominicana 103 personas: 38 hombres, 40 mujeres y 25 niños y niñas.

El Servicio Jesuita a Migrantes de Fond Parisien, Justicia y Paz y el GARR tan pronto se produjeron las repatriaciones forzadas por el paso fronterizo de Malpasso, Jimaní, se movilizaron para acoger a los expulsados en lugares seguros. Más tarde, el gobierno haitiano, a través del Oficina Nacional de Migración (ONM) estuvo en la frontera para buscar a la gente para llevarles a un centro donde esta organización pública hace la gestión de las personas repatriadas, con el apoyo de las organizaciones nacionales e internacionales como OIM, Unicef, etc.

La mayoría de las personas repatriadas vienen de Grand-Bois y Savanette dos municipalidades fronterizas.