granja casa

 

Conocida como “the incest farm” el macabro descubrimiento trascendió al mundo entero, siendo uno de los casos de incesto más fuertes de la historia. Se trata de una familia que lleva cuatro generaciones reproduciéndose entre hermanos, padres y primos. Producto de estas relaciones hay doce niños, de entre cinco y quince años de edad, varios con deformidades y discapacidades, fruto del cruce de sus padres.



La granja fue descubierta por trabajadores sociales que habían acudido al campamento donde vivían tras recibir denuncias de que los niños no iban al colegio y cuando lo hacían llegaban sucios, flacos y sin la más mínima básica higiene.

Cuando los trabajadores sociales llegaron junto con la policía se encontraron frente a un escenario de terror: un asentamiento precario donde vivían unos 30 adultos –múltiples generaciones de una misma familia–  en condiciones “muy sucias y peligrosas”.



Cuatro generaciones de tíos y hermanos tuvieron sexo entre sí, criando a generaciones más jóvenes que también se relacionaron entre sí, teniendo más hijos.

Las pruebas genéticas muestran que once de los 12 chicos tenían padres emparentados y discapacidades, entre ellas sordera y ceguera. Los chicos desplegaban varios grados de conducta sexual entre sí, con un historial macabro de abuso sexual.

«Toda la evidencia apunta a una relación incestuosa intrageneracional y de abuso sexual intrafamiliar incuestionameble”, reza el fallo de una Corte de Menores que trató el caso, y que recién fue publicado esta semana por primera vez. Las autoridades no han informado el nombre de las víctimas ni el lugar donde se encuentra el campamento, aunque se entiende que es en el sur de Australia.

El grupo vivía una existencia escuálida en dos casas rodantes, dos casillas y dos carpas sin agua potable ni cloacas. Según el tribunal de menores, “los chicos estaban sucios, con ropa sucia, eran tímidos y no podían mantener contacto visual”.

“Su lenguaje era difícil de entender y tenían una higiene y salud dental muy pobres. En el lugar no había inodoros ni duchas. Los chicos tenían que ir a los arbustos a hacer sus necesidades y se lavaban las manos en un balde con agua”.

«Un joven canguro estaba durmiendo en una de las camas de los chicos, en un lugar expuesto a cables de electricidad y con grandes bolsas de basura por todos lados», detalla el informe.

Algunas nenas no sabían lo que era un papel higiénico o como usar un inodoro. Ni habían visto un cepillo de diente en su vida. Algunos de los chicos eran analfabetos, otros tenían algun tipo de escolaridad esporádica, y según los documentos de la corte, estaban retrasados en su desarrollo o estaban congnitivamentea afectados.

Siete chicos en total “no podían hablar claramente” y una bebé de dos meses, señala la corte, murió por una falla genética.

Destaca Clarin.com que debido a la seriedad del caso, la Corte de Menores tomó una medida inusual esta semana al publicar su fallo -que al parecer se dio en septiembre- diciendo que “no existe la posiblidad real de devolver a ninguno de los chicos a sus padres”. Y ordenó que parmanezcan al cuidado del Estado hasta la edad de 18 años.