¿Cuál es tu primer recuerdo? Esta pregunta suele llevarnos a imágenes muy breves, olores, sabores, sonidos… fragmentos inconexos que recordamos parcialmente. Tan solo hay una constante: los primeros recuerdos aparecen siempre a partir del tercer año de vida. Una nueva teoría intenta explicar por qué.



Cerebro

Patricia Balmer es psicóloga en la Universidad Emory y una de las autoras de la Teoría de la Memoria Pasta. Balmer explica que, como adultos, los primeros recuerdos que tenemos, sean traumáticos o agradables, suelen corresponder, de media, a los 3,5 años de vida. Antes, generalmente, no hay nada. Por supuesto, hay individuos que aseguran recordar cosas de cuanto tenían mucha menos edad, y otros no recuerdan nada hasta mucho más tarde. Las mujeres suelen recordar cosas a menor edad.



Esta falta variable de recuerdos se conoce como Amnesia Infantil, y ha sido objeto de mucho debate a lo largo de la historia de la psicología. Freud aseguraba que eran recuerdos reprimidos. Otros aseguran que el cerebro de los niños pequeños aún no está configurado para retener recuerdos. Para Patricia Bauer, los niños son capaces de conservar recuerdos desde muy temprana edad, pero los olvidan más fácilmente. Bauer compara la memoria con un colador de pasta. Los recuerdos tempranos son pequeños y se cuelan por los agujeros del colador. A medida que crecemos, los agujeros se hacen más pequeños, y los recuerdos (la pasta) más grandes.

Balmer ha entrevistado a 100 niños con sus padres y todos los pequeños recuerdan cosas a edades tan tempranas como los dos años, pero los recuerdos se van perdiendo muy rápido a medida que pasa el tiempo. La razón principal de esa pérdida de recuerdos es que, a diferencia de los adultos, los niños no contextualizan los recuerdos con datos.

Los recuerdos infantiles suelen ser breves y se limitan al suceso o a una parte de él. Bauer explica que estos recuerdos tempranos pueden ser contextualizados por los propios padres. En otras palabras, que recordar ciertos sucesos a los niños ayuda a añadir ingredientes y que la pasta ’se vuelva pegajosa’ para que no se pierda por los agujeros de colador de esta peculiar teoría. El trabajo de la Doctora Balmer ha sido publicado recientemente en Journal of Experimental Psychology.

Fuentehttps://es.gizmodo.com