Un estudio elaborado por la Fundación Pensar y Crecer (Fundaci), revela que las Pruebas Nacionales no tienen razón de ser, ni son diagnosticadas, así como tampoco tienen incidencia en la promoción de los estudiantes.

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De acuerdo al estudio, denominado “Clasificación de Centros Educativos, CLASE 2013”, elaborado por Fundaci que preside Melanio Paredes, ex ministro de Educación, existe una correspondencia inversamente proporcional entre el número de estudiantes promovidos y los resultados de las Pruebas Nacionales, ya que un alto porcentaje de los estudiantes promueven el nivel a pesar del bajo desempeño en dichas pruebas.

El contenido del estudio, presentado ayer , explica que lo normal sería los niveles de promoción estuvieran a un nivel de correlación aceptable con los centros agrupados en la categoría con mejor desempeño en las Pruebas Nacionales, pero sin embargo, el nivel de promoción está relacionado con la categoría de menor desempeño.



Con relación al Rankin Escolar, CLASE 2013 reveló que en Educación Básica el centro educativo público que mejor desempeño tuvo en las Pruebas Nacionales fue El Castillo, en Puerto Plata, mientras que el privado fue el Saint George, en el Distrito Nacional.

De los colegios privados el que peor desempeño tuvo en Educación Básica fue el New Life Christian Academy, de la capital, y el público el Pedro Pimentel-Antón Sánchez, de Monte Plata.

Asimismo, en el Nivel Medio, indica que el colegio que mayor desempeño tuvo fue el Sphairos, y el público fue el Matías Ramón Mella. Los peores desempeños lo tuvieron el colegio charles Degaulle, en Santo Domingo Este, y en el sector público el Elsa María Mojica-Madre Rafaela Ibarra, también de la provincia Santo Domingo.

En la modalidad Técnico Profesional, CLASE 2013 señala que el mejor desempeño lo tuvo, entre los colegios, el Víctor Manuel, en Santo Domingo Este, y el peor el colegio cristiano El alfarero, de San Cristóbal, mientras que en el sector público e peor desempeño lo tuvo el Pedro Henríquez Ureña, de San Juan de la Maguana, y el mejor fue el Marillac, en la capital.