“Si para nosotros, los adultos, es difícil, imagínate cómo ha de ser para los más pequeños de la casa.? Un período de vacaciones siempre hace bien para descansar y cargar energías, sin embargo a veces implica serios desajustes en la dinámica/rutina familiar”, señala la psicóloga Varinia Signorelli.

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de acuerdo a BioBiochile.cl, algunos de estos “desajustes” se producen por “cambio en los horarios de sueño/vigilia, ?traslado desde lugares a los que estamos acostumbrados,? mayor activación debido a las múltiples actividades,? estímulos perceptivos varios (grupos reunidos, ruidos altos, etc), ?cambios en las responsabilidades y obligaciones que tengo durante el día?cambios en mi dieta,? desconexión y despreocupación por labores escolares,? madres y padres en sintonía total con la distracción y celebraciones”, afirma.

?¿Cómo retomar el ritmo sin que los niños se vean perjudicados??



A continuación la terapeuta expone algunas claves:

1. Remarcar la importancia de las labores: A pesar de ser para nosotros difícil -y muchas veces el desgano nos invade en el retomar los deberes- debemos ser optimistas y transmitirle a los niños la importancia de volver a sus labores diarias. Si ellos nos ven motivados y sin el clásico mal humor, será más fácil que ellos asimilen la vuelta a la rutina, de una mejor manera.

2. Regular el sueño de los niños: que vuelvan a acostarse y levantarse temprano y por sobre todo regular las actividades que realicen.

3. Ser rigurosos en la adecuada alimentación de nuestros niños. Aumentar el consumo de frutas y verduras, invitarlos a beber abundante agua y evitar alimentos con alto contenido de azúcar. Esto permitirá tener el organismo dispuesto a aprender, evitando la sensación del cuerpo “pesado”, lo cual les permitirá estar más alerta. Además es de suma importancia que se emulen los horarios, para que ellos no sientan hambre en el colegio.

4. Revisar los cuadernos, tareas y deberes: para asegurarnos que estén hechos correctamente, además de verificar el calendario de pruebas.

5. Contactarse con los compañeros: Es buena idea que llamen y saluden a algún amigo que tengan en el colegio, para establecer el contacto y la motivación por asistir a su rutina escolar en tanto el intercambio social que ésta implicará.

6. Tomarse el tiempo de hacer un balance de conversar con el niño: y así saber qué es lo que más le gustó de sus vacaciones y lo que menos le gustó. Si hay algo importante que quiera contarnos o preguntarnos y saber qué opina de volver a la rutina o qué miedos hay asociados.? Recordemos que es la última porción del año escolar, es más intensa y exigente que las anteriores.

¿Qué NO debemos hacer? Perder la paciencia, dejar todo para última hora ?y no escuchar a nuestros niños.