“La misma señora se lo pidió a su familia y a nosotros. Ella vino aquí y dijo que cuando ella faltara quería que la velaran así”, afirmó Elsie Rodríguez, directora de la funeraria Marín, en Río Piedras, el mismo lugar donde estuvo “el muerto parao”.

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Residente de la comunidad San José, la mujer de 80 años tuvo una muerte natural, según publicó el diario de Puerto Rico Primerahora.com.

“Ellos (su familia) quisieron concederle su último deseo, complacerla en el último momento. La respetaron”, reiteró.



La octogenaria es la primera mujer que es velada de manera no tradicional en la funeraria Marín, donde se han hecho ya cinco velorios donde los muertos han estado fuera de los ataúdes. Contrario a ellos, la muerte de Cervoni no fue violenta.

“Para que la gente sepa y entienda que estos (velorios no tradicionales) no tienen que estar asociados a muertes violentas, que no es algo morboso. Es algo normal, natural, como cuando la gente pide que le pongan una rosa, o toquen una música o le pinten los labios de algún color. Esto no es un velatorio de chiste, es algo serio”, manifestó Rodríguez.

Como en ocasiones anteriores, la dueña de la funeraria indicó que, a la hora de organizar velorios, “el cielo es el límite” y, siempre que se cumplan con las leyes, están dispuestos a hacer realidad los sueños de sus clientes. También como en los otros casos, se reservan la manera en que preparan el cuerpo para que pueda adoptar una posición diferente a lo que se acostumbra a ver en un difunto.