Por tu bien y de los que te rodean, aplicar estas normas en tu día a día evitará que caigas en los típicos vicios que, no sólo te hacen perder tiempo, sino que en el fondo te hacen caer en un círculo vicioso de infelicidad. Los enumeramos:

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1. Revisar el smartphone mientras hablas con alguien. Sabemos que lo has hecho. Todos lo hemos hecho. A veces bajo la típica excusa “oye, déjame revisar este mensaje… pero te estoy escuchando”. A veces ni siquiera con excusa que medie este gesto tan maleducado. Lamentablemente, cada vez más personas caen en la medida en que crece este fervor por la tecnología móvil. ¿Quieres destacarte entre los demás? ¿Quiere causar una buena impresión entre tus amigos, compañeros de trabajo y entorno en general? Es simple, deja de revisar tu celular y concéntrate en la persona que te está hablando. Créenos, las otras personas lo notarán y lo valorarán.

2. Hacer múltiples cosas al mismo tiempo.
 Hacer muchas cosas al mismo tiempo no siempre es una ventaja, sobre todo si estamos en una reunión laboral. La manera más sencilla de destacarte dentro de estos entornos es prestando la máxima atención a lo que se está discutiendo. Enfócate en las temáticas de la discusión y en los actores de las mismas (ya sean personas que forman parte de tu organización u empresa o personas externas que brindan un servicio o asesoría, o incluso clientes). Sólo así podrás aprender y crecer. Los correos electrónicos y las tareas pendientes por atender podrán esperar. Aprovechar estas situaciones incrementa la posibilidad de crear puentes profesionales y de encontrar las vías para ser indispensable para los actores indicados (para ser ‘recordado’), dentro o fuera de la empresa. Atender bien una cosa a la vez te llevará al éxito en múltiples niveles.

3. Pensar en las personas que no hacen ninguna diferencia en tu vida
. Créenos, pensar en las Kardashians no traerá nada distinto en tu cotidianidad. Pero tu familia, amigos, compañeros de trabajo y empleado sí que ameritan toda la atención que les puedas brindar. En realidad, son los únicos que la merecen.

4. Usar múltiples notificaciones. No hace falta que, cada vez que recibas un e-mail, un mensaje instantáneo, un tuit, etcétera, varias fuentes te lo notifiquen al mismo tiempo (computadora, Smartphone, Tablet). Crea filtros para recibir los mensajes realmente importantes en los momentos en que necesites mayor concentración laboral. Recuerda: debes enfocarte en lo importante. Al desocuparte, podrás dedicarle el tiempo necesario a las interacciones de las redes sociales y las conversaciones joviales. Luego, vuelve al trabajo. Y así sucesivamente. Separar con rigor trabajo y placer hará que seas más productivo en el primero y que disfrutes más el segundo. Tus intereses deben ser la prioridad.

5. Dejar que el pasado condicione tu futuro.
 Los errores son importantes. Debes aprender de ellos. Pero luego debes dejarlos ir. Cuando algo sale mal, es un momento oportuno para aprender algo nuevo, especialmente sobre ti mismo. Cuando algo le sale mal a alguien más dentro de tu organización, aprovecha para darle ánimo, con humor y con empatía. El pasado es entrenamiento. El pasado te educa pero no te define, a menos que tú lo permitas.

6. Esperar hasta estar seguro del éxito. Si te quedas sentado esperando por el éxito, éste nunca llegará. Debes tomar en cuenta algo: nunca te vas a sentir seguro de que serás exitoso en algo nuevo, pero sí puedes sentirte seguro de estar comprometido a dar lo mejor de ti. Y siempre debes sentirte seguro para intentarlo de nuevo si fallas. Deja de esperar. Tienes menos que perder de lo que piensas, y mucho que ganar.

7. Hablar de alguien a sus espaldas. El chisme es quizás uno de los vicios más terribles del ser humano. Ser el centro de un chisme es una de las cosas más desagradables que se pueden sentir dentro de cualquier entorno. Por lo tanto, ser el “vocero” de los mismos es igual o más terrible. ¿No es mejor hablar directamente con la persona con quien tiene un problema y tratar de resolverlo que comentárselo a un tercero? Y si no está en tus manos resolver ese problema porque no se relaciona contigo, ¿por qué hablar sobre él? Invierte tu tiempo en conversaciones productivas (y en los tiempos libres, en algo sanamente divertido). No solo ganarás tiempo, sino también el respeto de los demás.  

8. Decir “Sí” cuando realmente quieres decir “No”. Decir que no a una petición de un colega, clientes o incluso un amigo es algo complicado. Pero si es necesario decirlo, debes hacer el esfuerzo y ser sincero. A largo plazo, será más sano para la relación profesional-comercial-personal. Los demás deben comprenderlo. Decir no te hará sentir mal por unos instantes. Pero decir sí a una petición que en realidad no querías aceptar, te hará sentir mal por un período mucho más largo.


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