El papa Francisco concedió una entrevista exclusiva al periodista portugués Henrique Cymerman, corresponsal en Medio Oriente de medios españoles, en la que habló de numerosos temas, desde la “violencia en nombre de Dios”, hasta su seguridad personal y su idea de iglesia.

Papa Francisco



Publicada este viernes por el diario de Barcelona La Vanguardia, y reproducida por numerosos medios italianos, se trata de una charla llana y libre, en la que habla de economía, de su vida personal, de historia y política, confirmando su voluntad de continuar a comportarse como un “pastor” y no como un “soberano pontífice”.

“‘Era un buen tipo, hizo lo que pudo, no fue tan malo’. Con eso me conformo”, dijo con modestia sobre cómo le gustaría que lo recordara la historia.



En la entrevista, el papa cuestionó el sistema económico vigente, que “para sobrevivir debe hacer la guerra” y la “cultura del descarte”, de los jóvenes o de los ancianos.

Celebrada un día después del audaz encuentro en el Vaticano con el presidente israelí Shimon Peres y el líder palestino Mahmud Abas, el papa revela sin tapujos las dificultades internas para organizarla.

“Yo sentía que era algo que se nos escapa a todos. Acá, en el Vaticano, un 99% decía que no se iba a hacer y después el 1% fue creciendo”, confesó.

“Yo sentía que nos veíamos empujados a una cosa que no se nos había ocurrido y que, poco a poco, fue tomando cuerpo. No era para nada un acto político -eso lo sentí de entrada- sino que era un acto religioso: abrir una ventana al mundo”, explicó al comentar el sobrio y refinado encuentro celebrado al aire libre entre israelíes y palestinos, sin símbolos religiosos y con sólo música.

El papa, que suele romper las estrictas medidas de seguridad para acercarse a saludar a la gente en sus salidas públicas, reveló que no está dispuesto a cambiar de actitud. “Sé que me puede pasar algo, pero está en manos de Dios”, afirmó.

“Yo no puedo saludar a un pueblo y decirle que lo quiero dentro de una lata de sardinas, aunque sea de cristal. Para mí eso es un muro. Es verdad que algo puede pasarme, pero seamos realistas, a mi edad no tengo mucho que perder”, explicó.

Holocausto judío

Para el pontífice argentino “la violencia en nombre de Dios que domina en Oriente Medio” es una “contradicción”, según la calificó.

Francisco lamentó también la reacción insuficiente de las grandes potencias de cara al holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial y defendió a Pío XII acusado de mantener una posición pasiva ante el drama que azotaba al viejo continente.

Francisco, que tiene como proyecto abrir los archivos del Vaticano sobre el Holocausto, estima que esa decisión “traerá mucha luz”.

“En este tema lo que me preocupa es la figura de Pío XII, el papa que lideró la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial. Al pobre Pío XII le han tirado encima de todo”, comentó tras explicar que el controvertido pontífice fue por años considerado el gran defensor de los judíos.

“En la habitación del papa, en su propia cama, nacieron 42 nenes, hijos de los judíos y otros perseguidos allí refugiados”, recordó.

“No quiero decir que Pío XII no haya cometido errores -yo mismo cometo muchos-, pero su papel hay que leerlo según el contexto de la época”, reconoció.

“¿Era mejor, por ejemplo, que no hablara para que no mataran más judíos, o que lo hiciera?”, se interrogó.

“También quiero decir que a veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman contra la Iglesia y Pío XII, y se olvidan de las grandes potencias. ¿Sabe usted que conocían perfectamente la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración? Tenían las fotos. Pero no bombardearon esas vías de tren. ¿Por qué? Sería bueno que habláramos de todo un poquito”, subrayó.

El papa argentino canonizó a finales de abril a dos importantes papas del siglo XX, Juan Pablo II y Juan XXIII, y admitió que el proceso de Pío XII para su canonización “estaba en un punto muerto”, lo que fue considerado como una forma de distancia que facilitó su viaje en mayo a Tierra Santa.

AFP