Gran parte de los arrecifes de coral del Caribe podrían desaparecer en los próximos 20 años, según advierte el último informe de la Red Mundial de Vigilancia de Arrecifes Coralinos (GCRMN), la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (UICN) y el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP). Los autores de esta investigación apuntan a la pérdida de los peces herbívoros de la región como causa principal.

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El estudio, elaborado por 90 expertos y que recoge datos de más de 35.000 muestreos, indica que los corales del Caribe se han reducido a la mitad desde 1970 en al menos 90 hábitats de arrecifes, conuna tendencia que continuaría hasta convertir los coloridos arrecifes en un paisaje fangoso, si no se toman medidas para frenar su deterioro. El director del Programa Global Marino y Polar de la UICN, Carl Gustaf Lundin, ha destacado que la velocidad de la disminución de los corales del Caribe «es verdaderamente alarmante».

Según apunta la UICN, el Caribe es el hogar de un 9% de los arrecifes de coral del mundo, «uno de los ecosistemas más diversos del planeta», abarcando un total de 38 países que dependen económicamente de ellos, pues gracias al turismo y la pesca generan más de 3 millones de dólares anuales, y una cifra mucho mayor en otros bienes y servicios de los que viven más de 43 millones de personas. Además, el Caribe no es la única área afectada, ya que los hábitats de arrecifes están sufriendo daños en todo el mundo.



Enfermedad no identificada

Para los autores del estudio la clave del declive del coral está en dos especies herbívoras, los peces loro y los erizos de mar, pues con la pérdida de esta fauna se ha roto el equilibrio del ecosistema, dando lugar a que las algas de las que se alimentan invadan los arrecifes. Según el jefe de la unidad de los arrecifes del coral del PNUMA, Jerker Tamelander, la población de peces loro «es crucial para la supervivencia de los arrecifes». Del mismo modo, el doctor Lundin afirma que la pérdida de los herbívoros lleva a «colapsos significativos, o incluso totales, de la zona de arrecifes» y que, de no tomar medidas, las perspectivas de futuro son desalentadoras. El mayor temor de Lundin es acabar con la diversidad de la región.

Según apunta la UICN, en 1983 unaenfermedad no identificada acabó con gran parte de la población de los erizos de mar, mientras que la pesca incontrolada fue la responsable de la drástica disminución de peces loro, dejándolos incluso hasta el borde de la extinción en algunas regiones. Para esta institución, el brote masivo de enfermedades de los corales cerca del Canal de Panamá puede estar causado por la introducción de patógenos y especies invasoras entre los años 60 y 70.

Sin embargo, el informe demuestra que las zonas donde habita el pez loro del Golfo de México, Bermuda y Bonaire, en las que se han prohibido actividades de pesca como las trampas y la pesca submarina, albergan los arrecifes de coral en mejor estado. Según Ayana Johnson, de la Iniciativa Blue Halo del Instituto Waitt, otros países siguen este ejemplo: «Barbuda está a punto de prohibir todas las capturas de pez loro y las zonas de pasto de erizos de mar, configurando un tercio de sus costas como reservas marinas». Para Ayana esta drástica solución es la clave para proteger los arrecifes y «debería aplicado a nivel regional», sentencia.

Calentamiento Global

Aunque amenazas como la sobrepesca en arrecifes protegidos, la excesiva contaminación, el turismo y el desarrollo costero son más convincentes para los autores del informe, otras teorías apuntan al cambio climático como principal culpable de la degradación de los arrecifes. Para los conservacionistas, la creciente temperatura del océano está causando el «blanqueamiento de los corales», un proceso que afecta a pequeñas algas que viven en los tejidos del coral.

La UICN es optimista y afirma que el calentamiento global no es un factor determinante para la salud actual de los arrecifes caribeños.

Sin embargo, el autor principal del informe y asesor principal de la UICN sobre los arrecifes de coral, Jeremy Jackson, afirma que «incluso si pudiéramos de alguna manera acabar mañana con el cambio climático los arrecifes podrían seguir en declive».Para este experto, el problema debe ser abordado «de inmediato».

Además, según la UICN, aunque el cambio climático fuese una amenaza real ante los corales del Caribe, hay pruebas de que otros arrecifes bien gestionados se han recuperado, lo que sugiere queno determina la salud actual del coral caribeño, arrojando esperanzas sobre la reparación del problema si se toman las decisiones adecuadas.

Todavía hay solución

«No debemos perder la esperanza»,advierte el doctor Lundin, quien asegura que han sido capaces de documentar casos de recuperación de arrecifes degradados, algo «muy positivo», informa elmundo.es, en su portal.

La restauración de las poblaciones de peces loro y la mejora de otras estrategias de gestión, como la protección contra la sobrepesca y la contaminación costera, son losremedios más prometedores para lograr que los arrecifes se recuperen y sean más resistentes a los impactos futuros del cambio climático, según señalan los expertos de la UICN. «El destino de los corales del Caribe no está más allá de nuestro control», asegura el doctor Jackson, y adoptando estas estrategias en concreto hay solución.