Por Héctor Gómez

«Yo me conformo con que antes de morir le pongan mi nombre aunque sea a una gallera», estas palabras de antología fueron pronunciadas por Osvaldo Virgil, primer dominicano en debutar en las Grandes Ligas, al ser entrevistado en exclusiva en la edición nocturna de «Deportes en la Z».



Osvaldo Virgil

En esa misma tesitura, Virgil, con cierto dejo de nostalgia, expresó que «se que no tuve grandes números, pero tuve uno que no puede ser igualado, fui el primero en debutar en las Grandes Ligas, el que le abrió las puertas a más de 600 peloteros dominicanos. Dios me dio la dicha y el privilegio de ser el elegido para ese hecho histórico. No puedo esconder que me da un poco de nostalgia cuando veo como en los Estados Unidos le rinden homenajes y valoran la figura de Jackie Robinson y su legado para los jugadores de color y las minorías en sentido general», expresó entre sollozos Virgil.



Al ser abordado con respecto al hecho de que la Cámara de Diputados aprobó en segunda lectura el proyecto que designa el Estadio Quisqueya con el nombre del inmortal de Cooperstown Juan Marichal, Virgil manifestó que «por fin se hizo justicia, estoy muy feliz por mi compadre, hace tiempo que debieron hacerlo, gracias a Dios hoy esto es una realidad», indicó.

Virgil se desbordó en elogios sobre Juan Marichal. «Mi compadre ha sido el mejor lanzador dominicano en las Grandes Ligas y uno de los mejores de todos los tiempos, verlo lanzar era un espectáculo único, era una maravilla, no tengo palabras para describir la grandeza de mi compadre», dijo un emocionado Virgil.

En esa misma tesitura, Virgil destacó que Juan Marichal es un referente en cualquier país que visita. «Cuando me preguntan que de dónde soy, les respondo: «soy del país de Juan Marichal»; es decir, su nombre es sinónimo de República Dominica», significó, al tiempo de acotar que «da pena y vergüenza ver que en otros países se nos respeta y admira más que en nuestro propio país».

Ante la pregunta de la forma de comportarse de los jugadores de su generación con los peloteros de la actualidad, Virgil manifestó que «los peloteros de mi generación teníamos mucha educación hogareña, eso ha cambiado mucho, lamentablemente; antes había más respeto por las personas mayores, eso se ha perdido», indicó Virgil con dejo de nostalgia.

Al ser abordado en lo relativo a las vicisitudes que tuvieron que pasar los jugadores dominicanos en los años 50’s y 60’s para lograr establecerse en el exigente béisbol de las Grandes Ligas, Virgil dijo que «ustedes no se imaginan todas las humillaciones que tuvimos que pasar, no podíamos comer junto con los blancos, recibimos muchas vejaciones y prejuicios raciales, en adición al hecho de que por nuestra condición de latinos, teníamos que hacer el doble o quizás el triple del trabajo de los blancos para poder establecernos», puntualizó.

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