MADRID. El misionero español Miguel Pajares se convirtió en la primera víctima europea de la epidemia de ébola al fallecer este martes en un hospital madrileño, cinco días después de ser repatriado desde Liberia, donde había contraído la enfermedad.

Ebola



El cura de 75 años, que contrajo el virus en el hospital San José de Monrovia donde trabajaba, fue el primer infectado de ébola en ser repatriado a Europa desde el inicio de la epidemia en África que ya se ha cobrado más de 1.000 vidas.

«Ha muerto a las 9H28» (07H28 GMT), dijo a la AFP un portavoz del hospital madrileño donde fue ingresado el paciente bajo un gran dispositivo de seguridad por el riesgo de contagio.



El misionero español fue repatriado el jueves dentro de una cápsula aislante en un avión medicalizado en el que también viajó la religiosa española Juliana Bonoha, que trabajaba en el mismo hospital pero que de momento no ha dado positivo de ébola.

Una vez en España, Pajares empezó el sábado a ser tratado con el suero experimental estadounidense ZMapp, después de que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios autorizara su importación.

Aunque solo se ha probado con animales, este fármaco ya se está suministrando a dos cooperantes estadounidenses, lo que despertó cuestionamientos éticos. Pero el Comité de Ética de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó este lunes el uso de tratamientos no homologados para luchar contra el ébola.

«Esperábamos que pudiese superar la enfermedad pero no pudo ser así. Es lo que Dios ha querido», lamentó la cuñada del fallecido, Carmen Romo, en declaraciones a la radio española Cope.

En los últimos diez días, esta epidemia se ha cobrado la vida de cuatro miembros del hospital San José de Monrovia, incluido a su director, el camerunense Patrick Nshamdze.

El centro, dependiente de la orden religiosa española San Juan de Dios, fue cerrado el 1 de agosto por las autoridades liberianas.

– Poca seguridad –

La portavoz de la orden reconoció el lunes a la AFP fallos en la toma de precauciones a raíz de un test defectuoso que se practicó al fallecido director que no mostraba ningún rastro de ébola.

«Se teme que como Patrick dio negativo primero pues muchos se relajaron. Seguramente no siguieron tomando las mismas medidas tan estrictas de seguridad», señaló Adriana Castro.

«Es probable que así se contagió Pajares y posiblemente de Pajares así el virus se extiende entre las personas que están allí», afirma. «Hasta que no saben que tienen positivo de ébola pues no han tomado las precauciones», agrega.

El ébola, que causa fiebre y en los peores casos hemorragias constantes, se contagia por el contacto con una persona infectada a través de fluidos corporales como sudor, sangre o secreciones.

En unas cartas dirigidas a su familia publicadas por el diario español El Mundo, Pajares lamentaba la falta de precauciones: «Hoy hemos tenido la primera muerte por ébola en el hospital. Gran número de los que trabajamos aquí, incluido yo, hemos estado en contacto con el fallecido, aunque no tuviéramos guantes con que protegernos», escribía el 9 de julio.

Cinco días más tarde: «Os parecerá mentira, pero nos falta lo más elemental para prevención: guantes, vestidos aislantes, máscaras, desinfectantes, etc».

En abril, la OMS recomendó a los trabajadores sanitarios tomar precauciones ante el riesgo de contagio incluso cuando el ébola no estaba confirmado en los pacientes.

El último brote de este virus, que según esta organización es el peor desde que se descubrió esta enfermedad hace cuatro décadas, ha matado ya a más de 1.000 personas y alrededor del 55-60 por ciento de las personas infectadas.