haitiano cañaEl coordinador nacional de la Unión de Trabajadores Cañeros de los Bateyes, Jesús Núñez,  afirmó este miércoles que unos 40,000 trabajadores cañeros haitianos y sus familiares, más de 100,000 personas en total, no podrán acogerse al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros debido que no han sido documentados por el consulado de su país que se niega a exonerarlos del pago, tal y como se acordó con la comunidad internacional.

De acuerdo con Núñez, el plan ha fracasado y este fracaso afecta de manera particular a los trabajadores cañeros que son, en su mayoría, personas enfermas y envejecientes,  que penas consiguen para comer, y que por tales razones no disponen de los miles de  pesos que pide el consulado haitiano a cada familia para dotarlos de sus actas de nacimiento, cédulas y pasaporte.



Decenas de ellos se manifestaron este miércoles frente a la embajada de Haití, en esta capital.

“Sin esos documentos, que para acceder a ellos hay que invertir entre ocho mil y diez mil pesos, todas estas personas no podrán regularizarse. Por eso hemos venido al consulado haitiano, a reclamarle al gobierno de Michael Martelly, por segunda ocasión, que  exonere a todos sus conciudadanos del pago de ese documento”, dijo Núñez.



Se quejó de que, frente al reclamo, el diplomático ofreció como única respuesta que, por el momento, no tiene ninguna solución porque Martelly no ha respondido sus planteamientos.

Informa 7dias.com.do, en su portal que para presionar una salida, el próximo miércoles 17 los cañeros se proponen realizar una marcha, partiendo del Parque Independencia hasta el consulado haitiano, frente al cual permanecerán en vigilia por cinco días. El objetivo también es llamar la atención de la comunidad internacional sobre el fracaso del plan, del cual el presidente haitiano sería el único responsable.

Resaltó el dirigente cañero la gravedad del problema y el monitoreo que de los avances del plan de regularización realizan organismos internacionales, citando entre ellos a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.

“Son gentes (los cañeros) que necesitan que les den, no que les quiten,  porque no tienen  ninguna protección social, que se mueren por falta de medicinas, otros están ciegos e inválidos, mutilados… viven un drama humano que hay que ir a verlo a los bateyes y esa es una de las razones por las que no pueden pagar esos documentso, algo que debe mover la sensibilidad y el humanismo de ambos Estados”, agregó.