PRETORIA. Una jueza sudafricana descartó este jueves que el excampeón paralímpico Oscar Pistorius matara con premeditación a su novia Reeva Steenkamp, aunque todavía falta saber si lo decide condenarlo por homicidio involuntario o lo absuelve.

Pistorius



De haber sido hallado culpable de homicidio voluntario, Pistorius podría haber sido condenado a cadena perpetua en las cárceles sudafricanas, conocidas por su brutalidad.

«La fiscalía no probó más allá de la duda razonable que el acusado sea culpable de asesinato con premeditación», afirmó la jueza Thokozile Masipa, aunque subrayó que le pareció que Pistorius no dijo la verdad al tribunal.

Sin embargo, el atleta, de 27 años, todavía puede ser condenado a una pena de cárcel si es declarado culpable de haber matado de forma involuntaria a su novia de 29 años el día de San Valentín de 2013 en su casa de Pretoria.

Una eventual pena de prisión no será pronunciada hasta dentro de tres o cuatro semanas, después de otro miniproceso en el cual la defensa podría alegar circunstancias atenuantes como su invalidez.



La juez subrayó que Pistorius había afirmado desde el inicio del juicio haber creído que su vida estaba amenazada por un ladrón cuando disparó a través de la puerta del baño a su novia.

Masipa había descartado poco antes testimonios clave de la acusación, rechazando apoyarse en recuerdos fragilizados por el carácter «falible» de la memoria humana.

Durante el juicio, que se prolongó seis meses, varios vecinos explicaron que se habían despertado la noche del drama por disparos, gritos y alaridos de una mujer.

Por ejemplo, el testimonio de Michelle Burger, residente de la casa adyacente, fue «rechazado en su totalidad», según la juez, dada la distancia importante – más de un centenar de metros – a la que se hallaba.

Pistorius se mostró la mayor parte del tiempo con la mirada fija, concentrado en la lectura en voz alta del veredicto. En dos ocasiones, no obstante, rompió a llorar.

Pistorius fue motivo de gloria nacional durante muchos años en Sudáfrica.

A su sonrisa seductora se agregaban sus extraordinarios triunfos deportivos, considerados un desquite para un joven amputado de ambas piernas bajo las rodillas a los 11 meses de edad.

Su celebridad mundial llegó cuando participó junto a atletas no discapacitados en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Pistorius es el único superviviente y el único testigo de lo ocurrido el 14 de febrero de 2013. Afirma que cometió un error, creyendo que se trataba de un ladrón cuando disparó contra la puerta cerrada del baño, sin ver a la víctima.

La juez criticó no obstante el testimonio de Pistorius, asegurando que se mostró «evasivo» e «incoherente», esgrimiendo a veces la legítima defensa otras el accidente.

«El acusado no fue sincero con la corte puesto que dijo que no tenían intención de matar a nadie y tenía un arma de fuego cargada en la mano», agregó.

Independientemente del dictamen, su brillante carrera de atleta parece haber llegado a su fin.

El que fuera antes un chico de póster para el deporte de discapacitados se ha retirado de todas las competiciones y ha visto cómo las grandes marcas le anulaban todos sus contratos.