haiti

Urgando en la prensa digital me encontré con una información que me dejó pasmado. Según la organización SOIL que se encuentra en Haití ayudando a las familias pobres para que pueden hacer sus necesidades fisiológicas de manera adecuada, me sorprendió la información de que en Puerto Principe el 94 por ciento de la población no usa sanitarios o inodoros o letrinas como también se le conoce en nuestro país.



Eso indica que solo el 06 por ciento de la población de la capital haitiana usa sanitarios o letrinas. La organización SOIL esta desde hace varios instalando sanitarios ecológicos en Haití, pero al inicio de sus operaciones tuvo serios inconvenientes con los residentes en los barrios haitianos porque le pedían que se salieron de sus sectores, y hasta llegaron a amenazar a los voluntarios que estaban trabajando en la instalación de los inodoros.

La razón es una sola: en Haití la gente se asusta cuando le hablan de inodoro o sanitarios, pues entienden que es un “gancho” que le están poniendo y siente miedo de los mismos.



Ahora me doy cuenta porqué los haitianos que viven los campos de nuestra provincia San Juan contaminan las aguas de los ríos, pues prefieren hacer sus necesidades fisiológicas en las riveras nuestros afluentes acuíferos y no en sanitarios lo letrinas, que es lo correcto para cuidar el medio ambiente-

Eso indica el bajo grado de educación que tiene esa nación, pero sobre todo, indica que en la democracia haitiana se vive peor que en la dictadura que gobernó esa Nación hasta el año 1986.

Ya me convencí que los haitianos vivirán en la pobreza aunque le den todos los millones de dólares del mundo, pues la principal pobreza que los agobia es la ignorancia y la marginalidad a que son sometidos por sus gobernantes incluyendo al actual músico Michel Martelly.

Lo único segura de todo esto es, que los dominicanos tendremos que seguir cargando con esa cruz a cuesta, pues a las Naciones grandes solo le interesa Haití para que la República Dominicana asuma su manutención económica y deje a los dominicanos sin una cama en los hospitales, sin empleo en los hoteles y sin trabajo a los obreros en la construcción.

Que pena que somos tan pobres, pues ¿cómo puede un pobre mantener a otro pobre? Al final los dos se convertirán en hambrientos y arapientos-

Por Pedro Mateo Imbert / Barrigaverde.net