DALLAS.Las autoridades sanitarias de Texas controlaban el jueves a 100 personas que estuvieron en contacto con el primer hombre diagnosticado de ébola en Estados Unidos y ordenaron a la familia del paciente que permaneciera en casa.

El infectado, identificado por la prensa como Thomas Eric Duncan, viajó de Liberia a Texas, donde fue diagnosticado a principios de esta semana.



No tenía fiebre cuando partió de Liberia el 19 de septiembre, dijo Tom Frieden, jefe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Pero se empezó a sentir enfermo el 24 de septiembre y, una vez que un paciente de ébola comienza a sufrir síntomas como fiebre, vómitos y diarrea, es el momento en que puede infectar a otros que estén en contacto con sus fluidos corporales.



El hombre fue enviado de regreso a su casa la primera vez que buscó asistencia médica, lo cual significa que hay un lapso de cuatro días –antes de que fuera puesto en cuarentena– en los cuales puede haber infectado a alguien.

Ahora las autoridades sanitarias monitorizan a 100 personas que pueden haber estado en contacto con Duncan antes de que fuera aislado.

«Hemos interrogado a la mayoría de ellos, pero no a todos», dijo Frieden en una conferencia de prensa. «Identificamos a un puñado de personas que pueden haber estado expuestas», añadió. Entre ellas, miembros de su familia y personal médico.

Hasta ahora, catorce personas dieron negativo a los exámenes.

La aerolínea United, que opera dos de los vuelos que tomó Duncan para ir a Texas, también emitió un comunicado en el que advierte a los pasajeros de esos vuelos que se pongan en contacto con los CDC –aunque la compañía destacó que en ese momento había «cero riesgo» de transmisión.

– La familia, bajo guardia –

En tanto, a los cuatro miembros de la familia de Duncan se les requirió legalmente que permanezcan en casa sin visitas hasta el 19 de octubre y el apartamento está siendo vigilado por un oficial de policía.

Otros funcionarios buscaban aún el jueves un servicio de mantenimiento que se ocupara de desechar las sábanas de la cama donde dormía Duncan cuando comenzó a enfermarse. El colchón por el momento está de pie, recostado sobre una pared.

«Aún hay que mejorar las condiciones en la casa», dijo el comisionado de salud de Texas, David Lakey.

Los familiares de Duncan en el apartamento, que no tienen síntomas de ébola por el momento, tendrán que proveer muestras de sangre, aceptar que se les realice cualquier tipo de prueba médica y reportar fiebre, dolores musculares, vómitos o diarrea hasta que pase el riesgo.

Duncan acudió al hospital el 26 de septiembre con síntomas que habrían permitido pensar que padecía de ébola, sobre todo luego de que el paciente avisó al personal que venía de Liberia. No obstante, fue enviado a su casa y regresó dos días después. El ébola recién se le diagnosticó formalmente el 30 de septiembre.

El sobrino de Duncan, Josephus Weeks, dijo a la cadena NBC News el miércoles que telefoneó a los CDC el 28 de septiembre, preocupado porque su tío no estaba recibiendo el cuidado adecuado.

«Temía que otras personas se infectaran si no se le cuidaba correctamente», explicó a NBC a través de Skype.

Un funcionario del hospital donde Duncan está siendo tratado admitió el miércoles que, en su primer examen, el paciente había contado a la enfermera que había viajado recientemente a África. Este hecho, sumado a sus síntomas, debía haber desatado inmediatamente una alerta roja en la clínica.

«Lamentablemente, esta información no fue comunicada a todo el equipo», dijo Mark Lester, vicepresidente ejecutivo del Texas Health Resources.

África occidental trata de contener la peor epidemia de esta fiebre hemorrágica de la que se tiene noticia y que ya ha matado a más de 3.330 personas en lo que va de año.