Por primera vez desde la revolución tecnológica que supuso la incorporación de Internet a distintos ámbitos de nuestra vida, las familias cuentan con una herramienta utilizada y compartida por todos los miembros de la misma. Tanto padres como hijos usan, y en algunos casos abusan, de la que es a día de hoy la herramienta de mensajería más utilizada en la Red: WhatsApp. «Una herramienta que sobre todo ha permitido a quienes eran meros visitantes digitales, aquellos que utilizaban algún servicio de Internet de forma puntual pero para quienes Internet no representaba parte de su vida con mayúsculas, incorporar el teléfono inteligente y la socialización en la Red a diversos escenarios otrora completamente analógicos como era el entorno de la familia», explica Urko Fernández, director de proyectos de PantallasAmigas en España.

Whatsapp



Todos ellos parecen haber encontrado en esta red un entorno en apariencia más privado que las redes sociales tradicionales, una app ágil que, aprovechando las agendas de contacto telefónicas, conectó a medio mundo. En principio, para Rosario Linares, psicóloga clínica y directora de El Prado Psicólogos, esto es muy positivo, siempre que se use bien. «Padres e hijos han encontrado en Whatsapp una herramienta en común, donde no sólo compartir fotos o informarse de la hora en que van a recogerse unos a otros, sino también un contexto donde poder conectar, un espacio común donde poder ser una familia digital», asegura.

«Aunque en ocasiones, este servicio haya sido demasiado tentador para los padres que, a veces, son como niños cuando descubren algo nuevo en Internet, y lo usan de la misma forma e intensidad que sus descendientes. Eso si, no se puede utilizar para fiscalizar. Hay que tener cuidado porque algunas caen en el acoso al niño con mil preguntas del tipo ¿has comido? ¿te has lavado los dientes al salir? En la moderación, por ambas partes, estaría la clave», añade.



El Whatsapp facilita la confianza

Lo que está claro que esta tecnología bien utilizada, coinciden ambos expertos en señalar, puede incluso mejorar la relación parental. Para el director de proyectos de Pantallas Amigas, ocurre así debido las facilidades que siempre han proporcionado los programas de mensajería instantánea: un contexto cómodo, que facilita el diálogo y la intimidad al poder superar vergüenzas, miedos, pudores y reparos varios lo que facilita conversaciones que serían impensables cara a cara. «Adultos y adolescentes encuentran en esa distancia digital, el no ver cara a cara al receptor del mensaje, como un facilitador para confiar y contar cosas, y muchos padres han sabido aprovechar esta oportunidad tecnológica para comenzar a conectar con sus hijos a través de un programa de mensajería como WhatsApp», indica Fernández.

Tanto es así que causan furor los grupos de padres que se organizan en grupos de WhatsApp para saber acerca de lo que ocurre en el aula de sus hijos, y estos grupos ayudan a coordinar también esfuerzos sobre todo cuando hay que tomar decisiones colectivas o tomar medidas sopesadas y consensuadas cuando ocurran problemas de convivencia escolar.

Fuente: https://www.abc.es