NUEVA YORK. El aeropuerto internacional JFK de Nueva York comenzó el sábado a aplicar nuevos controles más estrictos a pasajeros procedentes de tres países de África occidental afectados por la epidemia del ébola, que ha dejado más de 4.000 muertos.

JFK



Al llegar al aeropuerto, los pasajeros procedentes de Liberia, Sierra Leona y Guinea son llevados a una zona específica para ser examinados y, «en caso de fiebre, otros síntomas o exposición a ébola» serán orientados hacia los Centros estadounidenses de control y prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para realizarse un examen clínico, informó ante la prensa Gil Kerlikowskie, el jefe del servicio de Protección de Aduanas y Fronteras (Customs and border protection, CBP).

En el aeropuerto las personas son examinadas por el personal del CBP especialmente formado para detectar eventuales síntomas de fiebre hemorrágica ébola. Si fuera necesario, el viajero será referido a un centro de salud apropiado.



La Casa Blanca anunció el miércoles que comenzarían a controlar la temperatura de los pasajeros que llegan de África occidental a Estados Unidos en cinco aeropuertos: el JFK de Nueva York, el Dulles de Washington, el O’Hare de Chicago, el Hartsfield-Jackson de Atlanta y el Newark Liberty de Nueva Jersey.

Estas cinco terminales juntas son el destino del 94% de las personas que viajan a Estados Unidos desde Liberia, Sierra Leona y Guinea.

Cerca de la mitad de los pasajeros provenientes de esos países que viaja a Estados Unidos arriba a través del aeropuerto neoyorquino.

Guinea, Liberia y Sierra Leona, son los países más afectados por la epidemia de ébola, que ya ha matado a 4.033 personas, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los síntomas de la enfermedad son fiebre, diarrea, vómitos, además de fuertes dolores musculares y de articulaciones. Se transmite por el contacto con fluidos corporales de una persona infectada o al tocar el cadáver de una víctima.

Las autoridades han previsto que los nuevos controles no obstruyan el normal funcionamiento de los aeropuertos pues calculan que tan solo será necesario que unos 150 pasajeros sean sometidos a exámenes en los distintos terminales.