Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas y publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences, sugiere que el consumo regular de marihuana encoge el cerebro, pero aumenta la complejidad de sus conexiones.

De acuerdo a los científicos, la pérdida de volumen del cerebro es -hasta cierto punto- compensada por un mayor número de conexiones entre las neuronas. Sin embargo, advierten que quienes consumen cannabis durante demasiado tiempo son propensos a sufrir efectos perjudiciales.



Para llegar a esta conclusión, se realizaron escaneos cerebrales a 48 adultos mayores que habían sido consumidores de la droga por 20 a 36 años y se comparó sus análisis con los de un grupo de personas que no eran usuarios de marihuana. “Lo que es único en este trabajo es que combina tres técnicas diferentes de IRM (imágenes por resonancia magnética) para evaluar las diferentes características del cerebro”, explicó Sina Aslan, coautor del estudio, en declaraciones recogidas por el diario británico The Guardian.

“Los resultados sugieren incrementos en la conectividad, tanto estructurales como funcionales que pueden compensar las pérdidas de materia gris. Eventualmente, sin embargo, la conectividad estructural o ‘cableado’ del cerebro comienza degradarse con el uso prolongado de la marihuana”, especifica el experto.



Pese a que las pruebas mostraron que los consumidores regulares tenían coeficientes intelectuales más bajos que los que no lo eran, los investigadores dijeron que esto no parece tener relación con anomalías cerebrales.

Cabe destacar que los escaneos revelaron que fumar cannabis todos los días tenía relación con la contracción en la región de la corteza orbitofrontal del cerebro, que está involucrada en el procesamiento mental y la toma de decisiones. Esta zona también influye en la respuesta a las recompensas y la adversidad, además de la empatía.

En este sentido, los neurocientíficos creen que el daño a la corteza orbitofrontal puede potenciar algunas formas de psicopatía.

Por otro lado, la investigación demostró que el consumo temprano de marihuana induce a una mayor conectividad estructural y funcional. Después de 6 a 8 años de usar continuamente la droga, los aumentos en el cableado estructural disminuyeron en los consumidores, pero seguían mostrando una conectividad más alta que en los no usuarios.

Francesca Filbey, la otra coatura del estudio, dijo que “hasta la fecha, los estudios existentes sobre los efectos a largo plazo de la marihuana en las estructuras cerebrales, no han sido en gran parte concluyentes debido a las limitaciones en las metodologías”.

La experta señala que aunque su investigación no determina si uno o todos de los cambios en el cerebro son una consecuencia directa del consumo de marihuana, “estos efectos sugieren que los cambios están relacionados con la edad de inicio y la duración del uso”.

Este sondeo deja entrever que la materia gris puede ser más vulnerable a los efectos del THC, principal ingrediente activo del cannabis, que la materia blanca. La primera se relaciona con el cuerpo de la neurona, mientras la segunda se compone de fibras o axones, a través de los cuales pasan las señales nerviosas.

Los científicos finalizaron explicando que es necesario seguir trabajando para determinar si detener el consumo de cannabis revierte los cambios, y si efectos similares se observan en usuarios ocasionales de la droga.

Fuente: BioBioChile