Washington. El secretario estadounidense de Seguridad Interior, Jeh Johnson, defendió este martes la legalidad de los decretos migratorios que protegerán de la deportación a millones de indocumentados, ante una comisión del Congreso, donde la oposición republicana criticó las medidas.

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«Estoy satisfecho (…) de que lo que hemos hecho está dentro de nuestra competencia legal», dijo Johnson ante la comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes (diputados).

El alto funcionario defendió los decretos anunciados a finales de noviembre por el presidente Barack Obama, señalando que «es tiempo de reconocer» que el gobierno no tiene los recursos para deportar a los 11 millones de indocumentados que se estima viven en Estados Unidos.



«Es tiempo de que reconozcamos eso y los alentemos a que rindan cuentas. Es simple sentido común», añadió.

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció el 20 de noviembre que ampliará por decreto el programa de regularización de inmigrantes indocumentados como parte de un paquete de medidas que sacará de la sombra a millones de personas, en su mayoría adultos con hijos nacidos en Estados Unidos y jóvenes que llegaron a ese país antes de los 16 años.

Según Johnson, unos cuatro millones de personas (en lugar de los cinco millones estimados previamente) podrían beneficiarse de un permiso de trabajo por hasta tres años, luego de pasar exámenes de seguridad y antecedentes.

En la oposición republicana, que conquistó las dos cámaras del Congreso en las pasadas elecciones de mitad de mandato, muchos califican la medida de «amnistía» y acusan a Obama de ir más allá de sus poderes constitucionales.

«En su núcleo, el plan unilateral de amnistía del presidente es profundamente injusto para los millones que hacen fila para formar parte de esta gran nación», dijo el diputado republicano Michael McCaul, presidente de la comisión.

«Socavó nuestros principios constitucionales y nuestra democracia al saltarse al Congreso», añadió.

McCaul también advirtió que las medidas provocarán una nueva oleada de inmigración irregular, luego de que este año un flujo inédito de más de 60.000 niños -y un número similar de familias- provenientes de México y Centroamérica fueran detenidos en la frontera sur de Estados Unidos.

«Si creemos que el mensaje no está llegando a México y Centroamérica, simplemente nos estamos engañando», afirmó.

Pero Johnson subrayó que el gobierno priorizará la deportación de los inmigrantes que hayan entrado ilegalmente este año, y anunció que viajará pronto a México para coordinar esfuerzos con las autoridades de ese país.

Más de 470.000 indocumentados fueron detenidos por las autoridades fronterizas en lo que va del año, dijo Johnson.