Por Jimmy Rosario Benrad
Actualmente, vivimos en la llamada era digital, una época en la que no hay límites en la forma de comunicarnos. Tenemos a mano las herramientas para crear multimedia ósea, textos, audios, fotos y videos. No obstante, la forma escrita es todavía la manera más común de comunicación con nuestro entorno.
Los SMS, correos electrónicos y chats rigen la mayor parte de nuestras interacciones en la Web. Y ahí es que entran como protagonistas los emoji, los cuales son una forma ya usual en la que hemos suplantado la escritura. Un emoji es una pequeña imagen o ícono usado para expresar una idea o emoción en una comunicación electrónica. Gracias al crecimiento en su variedad, podemos usarlos como sustitutos de frases enteras. Simplemente pon una figura haciendo un gesto y tu interlocutor seguramente te comprenderá mejor que si le escribes una frase, con mucho menos esfuerzo.
Estos pequeños dibujos digitales creados en el 1995 por Shigetaka Kurita (@sigekun) para la firma de telecomunicaciones NTT Docomo en Japón, se han hecho famosos alrededor del mundo y son casi parte fundamental de la comunicación en los mensajes de texto y las redes sociales como Whatsapp, Facebook, Twitter entre otros, gracias a que simplifican la comunicación de sentimientos y sensaciones.
La versión más popular de la aplicación emojis cuenta con 722 íconos, que van desde las usuales caritas felices o tristes de color amarillo, hasta los gestos de manos o partes del cuerpo, aunque actualmente este número ha crecido con nuevas e interesantes imágenes que varían significativamente.
Es importante resaltar que hay una diferencia entre los emoticonos (los mismos que se han utilizado desde la época de ICQ y Microsoft Messenger) y los emojis, que lograron ser populares gracias a la adopción de esta tecnología dentro del keyboard de los iPhones.
Si en algún momento uno de tus contactos te ha enviado un emoji y no entiendes lo que significa solo tienes que visitar la página emojipedia.org y ahí podrás confirmar que te quiere decir con la figura remitida.
Sin lugar a dudas creemos que esta nueva forma de comunicación, talvez sea lo que por tanto tiempo hemos buscado como lenguaje universal y si lo duda, les invito a interactuar con alguien que hable otro idioma, en otro país y se sorprenderán de la similitud que tenemos en conceptos universales y cómo de fácil es transmitirlos a otra persona que si quiera entiende nuestro dialecto y que quizás se encuentre a 30.000 km de distancia.
