Uno de septiembre, ese es el día hasta el que se puede ver a los japoneses disfrutar del calor de las playas en regiones como Tokio. Después todo cambia. Da igual que el termómetro marque los 25, los 28, o los 30 grados pues –como explica la versión digital de la web «BBC.Mundo»- nadie se baña en la costa.

¿La razón? Según afirma el propio diario todo se debe a que, en primer lugar, su cultura les impide transgredir las normas e ir al agua sin que haya un socorrista. En segundo término, existe una tradición que afirma que el espíritu de sus antepasados podría aparecer y tratar de ahogarles para llevarles al otro mundo.



Así lo afirman varios japoneses entrevistados por el diario quienes, para empezar, hacen hincapié en que sus compatriotas son muy respetuosos con la ley y, desde pequeños, se les ha enseñado que no hay que bañarse en la costa si no hay un socorrista cerca. Y es que, al parecer, en su cultura el respeto a las normas es un pilar básico.

«Lo mismo pasa con los semáforos, no se ven a muchas personas cruzando en rojo por aquí», explica Nobou Sato a «BBC.Mundo». Por ello, cuando los encargados de la seguridad de las playas son retirados de sus puestos por las autoridades, se entiende que el verano ha terminado.



Por otro lado, hay también una causa mucho más espiritual: la que afirma que, si los japoneses se bañan después de una fecha determinada en la playa, sus antepasados acudirán en forma de medusas y les llevarán al otro mundo.

«Hay un elemento de superstición. Mis padres no querían que nosotros fuéramos a la playa después de Obon. Nos advirtieron que los espíritus de nuestros antepasados nos ahogarían. Igual fuimos a la playa, pero siempre tuvimos algunos reparos», determina Sato en declaraciones a «BBC.Mundo».

Finalmente, y aunque en menor medida, también existe una tercera causa relacionada con la cultura. Y es que, los japoneses se comportan en base a «katas» -esquemas o formas apropiadas de comportamiento mediante las que se afrontan múltiples situaciones-. Según ellas, no es aconsejable y no está bien visto acudir a la playa tras el uno de septiembre