Paola Calasanz, una fotógrafa y directora de arte, nos demuestra cómo esta enfermedad cambia de forma radical lo que le pedimos a la y nos obliga de forma inconsciente a ponernos en el papel de aquellos que sufre la enfermedad.

Un experimento social realizado por la española Paola Calasanz por encargo de la Asociación de y Adultos Jóvenes con Cáncer se ha convertido en un éxito de.



La iniciativa juntó a jóvenes sanos junto a otros que sufren cáncer. Ellos estaban separados por un panel para que no puedan verse los rostros. Sin embargo, sí podían escucharse.



A todos los voluntarios para grabar esta campaña se les consultó qué es para ellos la felicidad. Las respuestas de las personas sanas, según se aprecia en el clip de YouTube, fueron las clásicas: relacionadas a pertenencias, objetos o cosas consideradas secundarias.

Sin embargo, cuando se le preguntó a los que sufren cáncer, estos respondieron «ver la calle, disfrutar de las flores, mirar a sus padres, despertar cada mañana, recibir el aire en el rostro», etc.

Lo dramático de esta producción de YouTube ha motivado que casi 100 mil personas la vean en menos de dos días, según cifras de la referida plataforma.

«La mayoría de los sanos acabó llorando», reveló Calasanz en una nota que publicó el blog ibérico Verne.

En las también aparecen padres y hermanos de personas que sufrieron cáncer alguna vez en la vida.

El cáncer es una enfermedad que mata millones de personas anualmente a nivel mundial. Si no se detecta a tiempo, la enfermedad puede ser mortal.

Fuente: El Comercio de Perú