Washington. Estados Unidos y los países del Caribe promovieron este lunes una plataforma para impulsar la seguridad energética en la región insular, en momentos en que su gran suplidor, Venezuela, enfrenta tensiones por la caída de los precios petroleros.

«Los países del Caribe tienen un chance de (tener un) suministro de energía que sea más resistente, más sustentable y más accesible de lo que nunca han tenido», señaló el vicepresidente Joe Biden durante la Cumbre de Seguridad Energética para el Caribe, en Washington.



Bajo el nuevo mecanismo el Banco Mundial coordinará proyectos y recursos de gobiernos, instituciones multilaterales y empresas desarrollar nueva infraestructura o implementar reformas en regulación energética en 17 países caribeños.

Los países participantes acordaron fomentar el intercambio de información, las condiciones accesibles de financiamiento, la promoción de prácticas transparentes, y el desarrollo de las energías solar y eólica, entre otras formas renovables.



La plataforma ya tiene algunos metros recorridos. El gobierno estadounidense trabaja con ONG en un programa piloto para impulsar un marco regulatorio atractivo al sector privado en Granada, e invertirá 90 millones de dólares en un proyecto de energía eólica en Jamaica.

Luego del compromiso de los países en junio de 2014 de trabajar en conjunto por la seguridad energética en el Caribe, Biden llamó a los gobiernos «a respaldar» con hechos la iniciativa.

Colombia, México, España e incluso Nueva Zelanda acudieron a la cita como países inversionistas en proyectos energéticos en el Caribe.

Para el primer ministro de Bahamas, Perry Christie, la cumbre fue una «oportunidad para divisar soluciones» al tema de la seguridad energética, «uno de los desafíos más urgentes para la seguridad, crecimiento y desarrollo de nuestra región», según dijo.

– Petrocaribe –

El desplome a la mitad de los precios del petróleo desde finales del año pasado conmocionó el mercado energético: un dolor de cabeza para exportadores como Venezuela -que depende casi exclusivamente del crudo- y un alivio para los importadores, especialmente pequeños países del Caribe.

La dependencia en las importaciones energéticas hace «extremadamente vulnerables» a los vaivenes del mercado a los países caribeños, que importan el 90% de los recursos que consumen, dijo Christie.

«Con los precios del petróleo por debajo de 50 dólares este es el momento perfecto para poder crear un nuevo paradigma de energía en la región», dijo Amos Hochstein, enviado especial para Recursos Naturales del Departamento de Estado.

«Las alternativas (al petróleo) no son caras, y los gobiernos tienen un espacio en el presupuesto para invertir en nueva tecnología e infraestructura», agregó.

Venezuela, que abastece de petróleo en términos preferenciales a muchos países de la región en el marco de su iniciativa Petrocaribe, enfrenta en cambio presiones para reducir su apoyo a ese programa luego que su canasta perdiera 61% de su valor a partir de junio de 2014.

Pero Hochstein subrayó que la nueva iniciativa no busca contrarrestar a Petrocaribe, que beneficia entre otros a trece países presentes en la cumbre.

«Es buena en sí misma, no es sobre Petrocaribe o cualquier otra iniciativa», señaló.

No obstante, apuntó que ante los bajos precios del petróleo «es la oportunidad y el tiempo correctos para poder moverse hacia un nuevo futuro, no solamente reemplazar combustibles y crudo de Venezuela sino crear un nuevo paradigma de seguridad energética que no dependa de ningún combustible».

– Coacción –

Al promover en los países consumidores de energía la búsqueda de varias fuentes de suministro, Biden advirtió a los países productores a no aprovecharse de su posición en el oscilante mercado de recursos naturales.

«Sea en Ucrania o en el Caribe ningún país debería poder usar los recursos naturales como una herramienta de coacción contra otro país», dijo Biden durante la Cumbre de Seguridad Energética para el Caribe, en Washington.

A la Cumbre asistieron los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Aruba, Bahamas, Curazao, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y Trinidad y Tobago, la vicepresidenta de República Dominicana y representantes de otras naciones caribeñas.

Además de los representantes caribeños, se hicieron presentes el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, así como altos funcionares del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, España, Colombia y Reino Unido.