Santo Domingo. El senador fronterizo Adriano Sánchez Roa afirmó que para preservar la Nación que ideó el patricio de Juan Pablo Duarte, hay que atender la frontera, poniendo en vigencia los artículos 10 y 11 de la Constitución, que priorizan el “desarrollo económico, social y turístico de la Zona Fronteriza, su integración vial, comunicacional y productiva, así como la difusión de los valores patrios y culturales del pueblo dominicano”.

El vocero del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el Senado indicó que la sociedad dominicana, que hoy emula el ideario y las acciones de Duarte, no deben continuar de espalda a las provincias fronterizas, permitiendo que cerca del 20% de la franja fronteriza esté ocupada ilegalmente.



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El senador fronterizo habló en estos términos al concluir el acto religioso que presidio el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, en honor al 202 aniversarios del nacimiento del Patricio, con la presencia de la presidenta del Senado, licenciada Cristina Lizardo, el presidente del Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón; el presidente del PRD, ingeniero Miguel Vargas; el senador José Rafael Vargas; el diputado Víctor -Ito- Bisonó; el doctor Marino Vinicio Castillo, el magistrado Víctor Gómez Bergés.



Sánchez Roa indicó que la justicia de nuestras causas, como sentenció el Padre de la Patria, tiene que estar en revertir la emigración que supera más de un tercio de las poblaciones fronterizas, la pobreza extrema de un 38%, mientras los extraordinarios recursos productivos permanecen ociosos.

Dijo que con el cumplimiento de los numerales 1 y 2 del artículo 10, que dicen: “Los poderes públicos elaborarán, ejecutarán y priorizarán políticas y programas de inversión pública en obras sociales y de infraestructura para asegurar estos objetivos”, es decir el desarrollo y preservación de la idiosincrasia en la frontera.

El senador por Elías Piña recordó que la Constitución también conmina a regular el uso sostenible y la protección de los ríos fronterizos, el uso de la carretera internacional, de acuerdo al Protocolo de Revisión del año 1936 y el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, de donde se desprende el mandato a construir en lo inmediato la carretera internacional.