El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó el lunes en Washington la alianza entre su país y EEUU, a pesar de diferencias sobre un acuerdo por el programa nuclear iraní.

Netanyahu se declaró “en misión histórica” para manifestar la posición de su país sobre el acuerdo que negocian las grandes potencias e Irán, para garantizar que la República islámica no fabrique una bomba atómica.



El Estado hebreo -considerado por la comunidad internacional como el único poder nuclear de Medio Oriente- se opone radicalmente al acuerdo.

Pero al mismo tiempo que Netanyahu lanzaba su ofensiva en EEUU, el gobierno norteamericano retomaba en Suiza su diálogo con Irán para concluir antes de fin de mes un acuerdo.



“A pesar de desacuerdos ocasionales, la amistad entre EEUU e Israel se erforzó década tras década y resistirá los desacuerdos actuales para reforzarse en el futuro”, dijo en un discurso ante un grupo de lobby pro-israelí.

La visita de Netanyahu fue tomada como un desaire por el gobierno de Barack Obama. Contrariada, la Casa Blanca criticó la semana pasada un gesto “destructor de las propias bases de la relación israelo-estadounidenses”, ya enfriadas desde hace meses.

“Tratamos de explicar a los estadounidenses lo que nos preocupa”, señaló el entorno de Netanyahu al desembarcar en Washington. Afirmando que cuentan con “excelentes informaciones” sobre el contenido del “acuerdo que se está por aprobar” con Irán.

En respuesta, el secretario de Estado, John Kerry, advirtió el lunes a Netanyahu -aunque sin nombrarlo- que no revele detalles sobre la negociación nuclear en curso con Irán.

“Estamos preocupados por informaciones” que indican que se podrían revelar “detalles selectivos” de las negociaciones “en los próximos días”, declaró Kerry durante una rueda de prensa en Ginebra.

Tratativas

Precisamente, el jefe de la diplomacia iraní, Mohammad Javad Zarif, se reunió este lunes por la tarde con su homólogo estadounidense en Suiza con la esperanza de avanzar en las negociaciones.
El tiempo apremia para alcanzar un acuerdo político antes de la fecha límite del 31 de marzo.

Para ello, ambos cancilleres tienen previsto reunirse también el martes y el miércoles.

“No buscamos un acuerdo a cualquier precio (…), sino uno que garantice que las cuatro vías hacia la bomba atómica están cerradas”, añadió Kerry en Ginebra.

Poco antes, Kerry había recordado dos puntos esenciales de las negociaciones con Irán. En primer lugar, “de momento, no hay acuerdo”, ni global “ni parcial”, afirmó. En segundo lugar, Washington prefiere una ausencia de acuerdo que “un mal acuerdo”.

El primer objetivo es conseguir que “la seguridad de Israel sea más sólida que en la actualidad”, añadió.

Irán y el llamado grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) buscan un acuerdo global que autorice algunas actividades nucleares civiles, pero que impida el acceso de Teherán al arma atómica. A cambio, los países occidentales deberían levantar las sanciones internacionales que perjudican la economía iraní.

Luego de un año y medio de negociaciones, las partes tendrán luego hasta el 30 de junio-1º de julio para finalizar los detalles técnicos.

La comunidad internacional podría entonces cerrar más de una década de tensiones y crisis con la república islámica.

“Misión histórica”

Aunque no tiene reuniones previstas con el gobierno estadounidense, Netanyahu había calificado su viaje a Washington como una “misión crucial e incluso histórica”, a dos semanas de elecciones legislativas en Israel.

El dirigente israelí negó que el discurso que pronunciará el martes ante el Congreso busque ser “irrespetuoso” con Obama.

“Mi discurso no tiene la intención de mostrar alguna falta de respeto hacia el presidente Obama”, dijo.

“Agradezco profundamente todo lo que el presidente Obama hizo por Israel: cooperación en seguridad, intercambio de inteligencia, apoyo en la ONU y mucho más”.
Por su parte, la Casa Blanca negó que planee recortar la asistencia militar que brinda a Israel.

Medios israelíes sugirieron que la administración Obama podría recortar parte de los 100.000 millones de dólares de la ayuda actual y postergaría una decisión sobre una solicitud de asistencia para programas militares como un paraguas antimisiles.

“El informe es falso”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan.

AFP