Hillary Clinton no ha anunciado aún oficialmente su candidatura para 2016, pero ya han estallado las primeras polémicas: se le pide a la exprimera dama y secretaria de Estado que explique el sorprendente uso de su correo electrónico personal mientras estuvo a la cabeza de la diplomacia estadounidense.

Durante sus cuatro años en el departamento de Estado, Clinton jamás usó su dirección electrónica oficial (que termina en state.gov). Prefirió una dirección personal, lo que podría constituir una violación de las normas vigentes y plantea la cuestión de la seguridad de las comunicaciones sensibles.



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Las reglas federales estipulan que toda la correspondencia escrita de los altos funcionarios de la administración deben ser archivadas para un eventual uso ulterior de los historiadores, por ejemplo.



Nick Merrill, portavoz de Clinton, asegura que «el espíritu y la letra» de los textos en vigor fueron respetados por ella.

Las normas «autorizan a los funcionarios del departamento de Estado a utilizar un correo electrónico no gubernamental si se conservan los contenidos adecuados», destacó.

Marie Harf, portavoz actual del departamento de Estado, indicó por su lado que, a pedido del departamento, Clinton había transmitido los mensajes electrónicos del período en el que trabajó allí, aunque no dio precisión del número ni de las fechas.

Cerca de 300 de esos mensajes fueron entregados a una comisión del Congreso que investiga los atentados de 2012 contra la misión diplomática estadounidense en Bengasi, Libia.

Según The New York Times, los asesores de la exsenadora demócrata revisaron decenas de miles de documentos y seleccionaron aquéllos que esperan compartir: unas 5.000 páginas fueron transmitidas al departamento de Estado.

– Jeb Bush pide transparencia –

Según Jason R. Baron, abogado en el bufete Drinker Biddle & Reath y exresponsable legal en los Archivos Nacionales estadounidenses, lo único que supone un problema es la casilla personal de correo electrónico de Clinton.

«No tengo ningún ejemplo en la memoria de un alto funcionario del Ejecutivo que haya utilizado únicamente su casilla personal para tratar asuntos gubernamentales», declaró, según The New York Times.

Según Harf, el actual secretario de Estado, John Kerry, es el primer secretario de Estado que «utiliza principalmente una cuenta de correo electrónico state.gov».

El gobierno no suministró información sobre el eventual encriptado de los mensajes personales de Clinton cuando era secretaria de Estado.

Con la vista puesta en las elecciones, el republicano Jeb Bush, quien ya anunció su candidatura para las primarias republicanas, hizo públicos hace unos meses cerca de 250.000 mensajes electrónicos redactados cuando era gobernador de Florida, «para que la gente pueda formarse una opinión».

«Hillary Clinton debería hacer públicos sus mensajes electrónicos», reaccionó la portavoz de Jeb Bush, Kristy Campbell. «Esperemos que no los haya destruido», ironizó, destacando que Bush estaba convencido de que la transparencia debía ser «un elemento central» para cualquier dirigente político.

A pesar de que la candidatura de Clinton, de 67 años, no ofrece ninguna duda, la fecha de su ingreso en la carrera es objeto de intensas especulaciones. Según The Wall Street Journal, ya indicó a varios donantes demócratas que lanzaría su campaña en abril.

Aunque la esposa de Bill Clinton aparece como la superfavorita entre los demócratas –no ha emergido ningún rival hasta al momento– la ruta hacia la Casa Blanca se presenta muy larga. Y el recuerdo de 2007, cuando era la gran favorita de las primarias antes de ser derrotada por Barack Obama, sigue en la mente de todos.

Para los republicanos, no obstante, la exsenadora por Nueva York ya es el blanco elegido. Interrogado la semana pasada acerca de lo que representa para él Hillary Clinton, el senador Marco Rubio, que también podría competir en las primarias republicanas de 2016, eligió una respuesta lacónica y cruel: «El ayer».