Por Raúl Amiama

El interminable flagelo de la corrupción tiene totalmente desinteresados a todos los integrantes de nuestra sociedad, han pasado muchos años sin que este miserable mal sea disminuido considerablemente.



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Lo pensé más de tres veces antes de escribir estas palabras, y pueden cuestionarse por qué…debido a la sencilla razón que este tema ha sido tan debatido, peleado, analizado, pensado y cientos de verbos en pasado más sin resultados decentes. La población presta muy poca atención cuándo se hace pública alguna opinión sobre este tema, y menos si es escrita, por tal razón escribo breve. La mayoría de la juventud prefiere optar por otros tópicos con contenido emocionante, “Cherchoso” o disfrutar del lubricante social del medio ambiente Criollo, que es el alcohol….aunque esas cosas son necesarias, muchos quisieran que siempre fuese de esa manera.



La Charla con mi amigo

Hace unas semanas conversaba con un amigo con inclinada preferencia a un líder político, y le manifestaba mi posición sobre un caso actualmente ventilado en la Suprema Corte, le comenté lo sorprendido que quedé al observar y escuchar al senador emplazar al Procurador ( La Máxima Autoridad del Ministerio Público) en medio de la audiencia y toda la prensa diciéndole: “quédate que yo te lo voy a decir, irresponsable” , le expresé que él perdió el control en ese momento y mi amigo con rayos de sarcasmo me contestó: “Uhum, así es”, luego de minutos de debate al fin coincidimos en algo… si una persona acumula tanto poder político y económico le resulta ofensivo que le sea señalado o investigado, ese oprobio que sienten es producto de la adulación fanática de sus “seguidores”.

El máximo placer

El beneficiario de esa maquinaria tan efectiva (La Corrupción), siente una cadena de profundos placeres al ver como en poco tiempo puede utilizar la influencia, poder y dinero para corromper de la manera más “Burlona” nuestro entorno, que seamos su “Hazme Reír” en sus reuniones sociales, como en nuestras narices nos engañan y nos mantienen acostumbrados a “ más de lo mismo” y quizás lo más importante… como de forma sigilosa están destruyendo la base de la sociedad que es la familia. No es frustración como me escribió un lector recientemente, más bien es Reflexión para advertir que debemos atacar la causa raíz de un problema tan incómodo, porque para el corrupto no hay mayor satisfacción o punto de ebullición que puede compararse con un orgasmo cuando La Impunidad le justifica todos sus actos.