La Suprema Corte de Justicia de México ordenó el miércoles excarcelar a un hombre que purgaba 50 años de pena por un doble homicidio del que se declaró culpable bajo tortura, un caso emblemático que llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La corte suprema “ordenó la inmediata libertad de Alfonso Martín del Campo Dodd, al haberse comprobado la tortura de la cual fue objeto para obtener su confesión en la comisión de los delitos, sin que hubiera más pruebas en el proceso penal que lo inculparan”, dijo el máximo tribunal en un comunicado de prensa.



Martín del Campo fue sentenciado en 1992 cuando apenas era un veinteañero y pasó más de 23 años en la cárcel. Un juez lo encontró culpable de asesinar a su hermana y su cuñado cuando estaban dormidos en la casa donde vivían en la capital mexicana.

Los magistrados que conforman la primera sala de la Suprema Corte decidieron liberarlo tras acatar una recomendación emitida en 2002 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; el protocolo de Estambul y otra recomendación del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, precisó el comunicado.



Se trata del primer caso mexicano que llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Costa Rica en 1998 cuando México aceptó la la competencia de este tribunal internacional, que sin embargo no pudo actuar sobre el tema porque el gobierno mexicano se había reservado el derecho a no ser juzgado por asuntos ocurridos antes de esa fecha.

Entonces la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington, tomó el asunto y emitió una recomendación en 2002, en la que responsabilizó al Estado mexicano de la detención arbitraria, torturas y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes cometidos por policías judiciales contra el detenido.

Según uno de los informes emitidos por esta comisión, entre 10 y 12 policías colocaron una bolsa de plástico en la cabeza del acusado para asfixiarlo.

También fue severamente golpeado en el estómago y la cabeza con franelas mojadas, y patadas en los testículos, añade este informe que, incluso detalla, que los uniformados se turnaban para pegarle, y lo obligaron a firmar una declaración autoinculpatoria.

El relator especial de Naciones Unidas sobre la Tortura Juan Méndez concluyó, luego de una visita a México en mayo pasado, que “la tortura es una práctica generalizada hoy” en el país y que esta práctica se da a todos los niveles del Estado.

AFP