El papa Francisco reconoció este sábado en Nápoles que realizó «a medias» el milagro de la licuefacción del sangre de San Genaro, un rito popular que se repite anualmente desde hace 400 años con ocasión de la fiesta del patrono de la capital del sur de Italia.

papa Francisco



«El obispo asegura que la mitad del sangre se licuó. Se ve que el santo nos ama a medias. Tenemos que convertirnos más para que nos ame más», comentó con humor el papa argentino tras besar la reliquia ante numerosos religiosos y un grupo de monjas de clausura que obtuvieron permiso para asistir al evento en la catedral.

Los napolitanos se preguntaban desde hace varios días si el argentino Francisco podría hacer ese milagro que ha ocurrido solo una vez, en 1848, ante la presencia de un pontífice.



Cuando Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron Nápoles no se realizó el milagro.

Francisco puede ahora proclamarse amado a medias por el santo napolitano y ser comparado con otro argentino venerado, Diego Armando Maradona, que logró que el club de fútbol de la ciudad ganara el primer campeonato nacional de su historia.

«Se nota que San Genaro y Nápoles aman al papa, la mitad del sangre de la cápsula se licuó», aseguró visiblemente satisfecho el cardenal napolitano Crescenzio Sepe, al exhibir la ampolla que contiene la sangre del mártir italiano del siglo IV y que se conserva en la catedral.