El precio del petróleo cayó el miércoles en Nueva York, revirtiendo fuertemente su buena marcha de principios de semana, frente a una serie de factores que hacen temer una oferta todavía elevada tanto en Estados Unidos como en Arabia Saudita.

Petroleo



El precio del barril de «light sweet crude» (WTI) para entrega en mayo bajó 3,56 dólares a 50,42 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex), tras haber ganado cerca de cinco dólares en las dos sesiones previas y alcanzar su nivel más alto de cierre desde principios de 2015.

«Habíamos visto una subida muy importante en dos días, en que las cotizaciones ganaron cerca de 10%, así que este retroceso no tiene nada de sorprendente», estimó Matt Smithh, de Schneider Electric. «El contexto es muy incierto, por lo que los precios seguramente van a seguir fluctuando».



Por el momento, fue el anuncio de Washington de un alza muy superior a lo esperado de las reservas de petróleo crudo de la semana pasada lo que hizo caer un mercado que abrió ya en rojo este miércoles.

Cuando los analistas esperaban un incremento de solo 3,25 millones de barriles, el Departamento de Energía (DoE) dio cuenta de un aumento de más de 10 millones, dando así «un golpe bajo a un mercado que estaba absolutamente concentrado en ese informe», opinó Smith.

Además, la producción estadounidense se ha mantenido en más de 9,4 millones de barriles diarios, decepcionando a los inversores que ansiaban ver que se acentuara un ligero repliegue registrado durante la semana anterior.

Preocupado por el exceso de oferta, que ha contribuido a una caída a la mitad en los precios del petróleo desde junio, el mercado no encontró apoyo en el contexto internacional, luego de las declaraciones del ministro saudita de Petróleo, Alí al Naimi, consideradas poco incentivadoras.

«La producción de Arabia superó los 10 millones de barriles diarios el mes pasado», y alcanzó su nivel más alto en 13 años, dijo Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.

El mercado examina en especial el comportamiento de Riad, que domina la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y al que se le atribuye en buena medida la aceleración de la caída de los precios por haber decidido en noviembre no reducir el techo de la producción del cartel.