Nueva York. Pocos día después del anuncio de la candidatura presidencial de Hillary Clinton, su hija, Chelsea, el tercer pilar de una familia única en la política estadounidense, salió a escena y podría tener un rol activo en la campaña que buscará llevar a su madre a la Casa Blanca.

Chelsea



De 35 años y madre de una beba de seis meses (Charlotte), Chelsea Clinton evitó durante largo tiempo los primeros planos que ocuparon con tanta frecuencia sus famosos padres, Bill y Hillary.

Rompiendo con esa línea, esta semana Chelsea salió en la portada de la versión estadounidense de la revista Elle, en la que apareció luciendo una falda Gucci negra de 1.500 dólares y una pulsera Cartier, y sobre todo abogando, en páginas interiores, por la elección de una mujer como presidenta.



«Cuando plantean la pregunta de si es importante tener a una mujer como presidenta, sí, es importante, claramente, es importante por razones simbólicas. Y los símbolos son importantes», dijo en la entrevista.

«Uno de nuestros valores fundamentales, en este país, es que somos el país de la igualdad de oportunidades. Pero cuando esta igualdad no abarca los sexos se nos plantea un desafío fundamental. Y creo que tener a una mujer como presidenta -sea quien sea- ayudará a responder a este desafío».

Cuando su madre anunció el domingo pasado su candidatura, Chelsea tuiteó: «muy orgullosa de ti, mamá».

En 2008, Chelsea Clinton, brillante diplomada de Stanford, Oxford y Columbia, ya había hecho campaña en favor de Hillary, fundamentalmente en los campus universitarios, cuando su madre desafió a Barack Obama en las primarias demócratas. Ante la convención partidaria, la joven describió a su progenitora como una «heroína».

Sin embargo, nunca aceptó por entonces ser entrevistada.

Luego se casó con un banquero de negocios con el que vive en el corazón de Manhattan, en un apartamento por el que pagaron 9,25 millones de dólares. Hoy es vicepresidenta de la Fundación Clinton, que se ocupa particularmente de temáticas vinculadas a la mujer y a la salud.

– Muy allegada a sus padres –

«Todo dependerá de la estrategia de Hillary», respondió el profesor Robert Shapiro, politólogo de la universidad Columbia de Nueva York, cuando la AFP lo interrogó sobre el eventual papel de Chelsea en la campaña de su madre.

«Si uno ve el video que (la precandidata) utilizó para lanzar su campaña, en la que pone el acento en las familias y las mujeres, el hecho que Chelsea tenga un bebé que es también su primera nieta seguramente constituye un ángulo a explotar», señaló.

Las primeras fotos de Charlotte, paseándose en su carrito de bebé con sus padres en el barrio de Flatiron, fueron publicadas el mismo fin de semana del anuncio de la precandidatura de Hillary. ¿Simple coincidencia?

A menudo vista como distante y fría, Hillary se cuidó de agregar recientemente un capítulo a su libro de memorias «Tiempo de decisiones» en el que evoca largamente su alegría de ser abuela y cómo su nieta ya la ha ayudado a «ver el mundo de otra forma».

Chelsea Clinton, agrega Shapiro, «tiene su propio estilo» y «podría ser útil para llegar a los jóvenes y la mujeres. Es joven, enérgica, y a su manera carismática».

«Tiene un doctorado en gobernancia mundial, comparte los intereses de sus padres, pero creo que si juega un papel en la campaña será por su propia iniciativa», estima por su lado Meena Bose, docente de ciencias políticas en la universidad Hofstra, subrayando que sus padres no la han «nunca impulsado» a que se implique en la vida política.

Y además, consideró, si Chelsea decidiera tener un papel activo en la campaña, algunos riesgos habría.

«Hillary Clinton forma parte de la gente más encumbrada, Chelsea Clinton y su marido han logrado una muy fuerte posición financiera. Puede haber una percepción de desconexión», indicó.

«No veo que sea tan importante como Bill para la campaña», afirmó también Robert Shapiro.

Pero para el sitio especializado Politico, Chelsea «está en proceso de convertirse en una figura muy importante de la campaña y -si su madre entra a ella- en la Casa Blanca».

La joven, que entre 2011 y 2014, practicó el periodismo televisivo, no ha revelado aún sus intenciones.

Sin embargo, la semana pasada, en una discusión en la Harvard T.H. Chan School of Public Health, dijo que siempre había hablado «de todo» con sus padres y que había sabido influenciarlos, por ejemplo sobre el matrimonio homosexual y sobre algunas de las prioridades de la Fundación Clinton.