Cannes, Francia. Con solo dos de las 19 películas en competición oficial dirigidas por mujeres, ambas francesas, en este Festival de Cannes la polémica sobre la representación de la mujer en la industria del cine sigue viva.

Cannes



Inaugurada por primera vez en 30 años, tras Diane Kurys en 1987, por la película de una directora, la francesa Emmanuelle Bercot («La tête haute», «Con la cabeza alta»), esta 68ª edición del Festival de Cannes ha sido dedicada a las mujeres.

Cada año aumenta el número de filmes dirigidos por mujeres, pero siguen siendo una minoría. Hasta hasta ahora, sólo una, la estadounidense Kathryn Bigelow, ha ganado el Óscar a la mejor película y a la mejor directora por «The Hurt Locker» («En tierra hostil»), en 2009.



Otras, como la neozelandesa Jane Campion (Palma de Oro por «El piano» en 1993), la francesa Agnès Varda, pionera del cine feminista, que este año recibe en Cannes una Palma de Oro honorífica por su carrera, la norteamericana Sofia Coppola o la española Isabel Coixet son algunos de los nombres más conocidos en esta industria masculina.

A ellas se suman las cada vez más numerosas actrices que se ponen detrás de la cámara como Angelina Jolie o Natalie Portman que presentó en Cannes su primer filme: «Un cuento de amor y tinieblas», basado en la novela homónima del escritor israelí Amos Oz.

La subrepresentación de la mujer en la industria cinematográfica es «un empobrecimiento cultural ya que las películas cincelan nuestras mentalidades», aseguran los promotores del coloquio «La mujer en el cine» organizado por la empresa de marcas de lujo Kering, del rico empresario francés François-Herni Pinault, esposo de la actriz y productora mexicana Salma Hayeck.

– El cine reproduce la mirada de los hombres-

«El cine ha sido concebido por hombres y siguen siendo ellos quienes orientan nuestras representaciones, nuestra forma de ver las cosas y de contarlas», dice Philippe Garrel, cineasta francés que se inscribe en la Nouvelle Vague como Jean-Luc Godard o François Truffaut.

La actriz israeloestadounidense Natalie Portman, contó en Cannes la «carrera de obstáculos» que vivió durante 10 años para poder llevar a la pantalla su proyecto, que presentó el viernes pasado fuera de concurso.

Según ella, la industria del cine «está totalmente desequilibrada» y suele tildar a las directoras de «narcisistas».

Pero no todas lo ven de la misma manera. Para Bercot, actriz y directora, lo «importante es que haya buenas películas independientemente de quien las haya hecho».

Lo mismo opina la actriz australiana Cate Blanchett, que vino a Cannes a promover la película «Carol» de Todd Haynes —un tórrido romance lésbico— protagonizada, escrita y producida por mujeres, algo poco usual.

«Cuanto más diversas sean las historias, mejor será para mujeres y para hombres», dijo, antes de mostrase contraria a que exista «día de la mujer» en el cine. «Espero que no sea una moda», dijo.

– Difícil conciliar familia y cine –

El cine no escapa a las dificultades que tienen las mujeres a la hora de conciliar familia y trabajo en otros sectores. Tampoco a las diferencias salariales entre actores y actrices, por muy protagonistas que éstas sean, según la información robada por piratas informáticos a Sony a finales del año pasado.

Isabella Rossellini, hija de la mítica actriz Ingrid Bergman, rostro emblemático este año del Festival con motivo del centenario de su nacimiento, y del director italiano Roberto Rossellini, asegura que lo más difícil para una directora es «integrar la familia y la cámara». «A mi madre le pasaba lo mismo», dijo.

En particular en Estados Unidos, donde un rodaje puede empezar a las 6 de la mañana y terminar a medianoche, recordó en el coloquio «La mujer en el cine».

Hasta la misma Blanchett reconoció que había tenido que posponer un proyecto de dirección porque su tiempo «no le pertenece» y lo debe compartir con sus cuatro hijos y su marido.

Bercot, que recordó que en Francia hay un 33% de directoras por el 77% de hombres, señaló que la incorporación de la mujer a este sector es reciente.

«Se necesitarán por lo menos 50 años para recuperar el retraso en este trabajo», vaticinó.