Haitianos se vanNUEVA YORK._ El  periódico local The New York Times, envió a sus reporteros Azam Ahmed y Sandra E. García a escudriñar la situación de los inmigrantes haitianos radicados en el barrio cementerio de Sabaneta de Yásica, reseñando que el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, “ha comenzado a desgarrar la unidad y la convivencia que existía entre dominicanos y haitianos” en esa parte del país y que hasta ahora “compartía por décadas en partes iguales, en una convivencia pacífica” que han mantenido por décadas.

Con dramáticas fotografías de la fotógrafa Meredith Kohut, en las que aparecen familias, niños, niñas y trabajadores haitianos, con rostros compungidos y gestos de tristeza y amargura, el reportaje titulado “Dominican Plan to Expel Haitians Tests Close Ties” (Plan de Dominicana de expulsar a los haitianos; Pruebas de estrechos vínculos), sostiene que los haitianos y los dominicanos han estado trabajando “codo a codo” y manteniendo a las familias unidas para ayudar a mantenerse alejados de las tensiones.



“Pero eso está cambiando ahora. Un plan del gobierno que podría deportar a decenas, sino cientos de miles de habitantes descendientes de haitianos, desde la República Dominicana ha comenzado a desgarrar la unidad que una vez obligó a los residentes de este lugar a escoger un lado”, agrega el Times.

El periódico entrevistó al director de la Cruz Roja Dominicana en Sabaneta, quien dijo que las deportaciones de haitianos, se están haciendo desde hace mucho tiempo, mientras que algunos dominicanos han ocultado a los haitianos de las autoridades dominicanas.



En el reportaje, también aparece un dominicano, marido de una haitiana, quien dijo que teme perder a su esposa e hijos.

“Un policía agoniza ante la perspectiva de tener que deportar a su mejor amigo que vino ilegalmente de Haití”, detalla el reportaje.

El policía se identificó como John Thomas Tapia y le dijo a los reporteros del Times, que “no tengo otra opción. “Me entristece pensar en tener que recibir una orden para detener  alguien que realmente me importa. Será difícil no poder hacer excepciones, pero tengo que seguir haciendo mi trabajo lo más profesionalmente que pueda”, agregó el policía dominicano.

El Times afirma que “al igual que en gran parte del país, Barrio Cementerio se divide, creando un mosaico de la simpatía, contra el prejuicio y el resentimiento nacidos en las escuelas hacinadas, la competencia por los puestos de trabajo y un sistema de salud sitiado”.

Añade que “los lugareños señalan que República Dominicana es un país pobre que no puede permitirse el lujo de asumir los problemas de los haitianos”.

Sostiene la reseña que “la amenaza del gobierno dominicano para deportar a los haitianos, es muy popular en  el país, jugando con las frustraciones que muchos dominicanos sienten contra sus vecinos más pobres de la isla La Española”.

Refiere que han ocurrido deportaciones esporádicas, pero hasta el momento, con la observación del mundo, el gobierno dominicano no ha llevado a cabo las expulsiones en masa que muchos haitianos temen.

El reportaje precisa que “sin embargo, República Dominicana no es el único país con políticas migratorias que desafían las organizaciones de derechos humanos”.

Y cita los casos de Hungría, donde se construirá un muro de 109 millas en su frontera con Serbia y a Bulgaria, cuyo gobierno extenderá su muro fronterizo con Turquía a otras 80 millas para impedir el paso de inmigrantes turcos ilegales.

También recuerda las críticas y movilizaciones en Estados Unidos, por las deportaciones de miles de inmigrantes de todo el mundo, e incluye a México que deportó este año casi el doble de los inmigrantes centroamericanos en su territorio, en abril, que en los primeros cuatro meses del 2014, informó coloquiodigital.

William L. Swing, director general de la Organización Internacional para las Migraciones y que ayudó al gobierno dominicano a diseñar el plan, dijo que “este es un período de la mayor movilidad humana  sin precedentes, la mayor constancia con mil millones de  de personas en movimiento”.