Santo Domingo. Anoche vi la nueva película dominicana “Pueto pa mi”, ojo, les recuerdo a muchos que no soy crítico de cine, simplemente un espectador más que ejerce su derecho a opinar.

“Pueto pa mi” cuenta la historia de las dificultades que pasan dos artistas urbanos hasta alcanzar altos niveles de popularidad, fama y reconocimiento en la sociedad.



Pueto pa mi

La película no es mala, pero uno no puede decir que es buena, porque la historia aunque para el público que está enfocada puede ser inspiradora, debió ser más dramática.



El cuanto a las actuaciones en Yamilé Scheker, haciendo el papel de la madre de (Amadeus que es Mozart) sin dudas demuestra gran profesionalismo en un personaje muy creíble, lo mismo sucede con Pedro Sierra y de Oscar Carrasquillo a quien le correspondió ser el villano, sin dudas este joven se reivindica de otros papeles pequeños que no le sumaron mucho a su carrera, aunque lógicamente consiguió la experiencia para en esta entrega hacerlo mejor.

Pueto Pa mi se realizó bajo la dirección de Iván Herrera, Aurelio Henríquez el mismo de “Quien Manda” fue el guionista de esta entrega, el guion está flojo y por momentos el film parece entrar en un limbo donde como espectador a uno le resulta cansón esperar que pase algo importante y no suceda.

Las actuaciones de Mozart la Para (Amadeus) y el Mayor (Renso) no fue de lo mejor, pero por instantes expresan lo complicado que es este negocio de la música, cómo iniciar desde cero, cuando no se tiene absolutamente nada y solo el trabajo sumado a la fe se combinan para conseguir el éxito.

En la película no se sacó provecho al repertorio que tienen Mozart y El Mayor, es molestoso escuchar una y otra vez “Llegan lo montro men” y “Chubi dubi dubi”, de quien fuera esta idea, déjeme decirles que fue un desacierto total.

La dirección de fotografía de Peyi Guzmán quedó muy buena, los barrios marginados de Santo Domingo quedaron plasmados con su esencia, aunque la dirección aprovechó para acercar y mostrar la gente que habita allí.

Gerald Ogando, Aquiles Correa y Jhonny E. Mercedes hacen su trabajo, allí su función es dar aliento y promover la música de (Amadeus) en la calle.

Denisse Quiñones también se deja sentir un poco, aunque al final se desarrolla una historia de amor en la que necesariamente debió surgir un beso con Mozart, sin embargo no se dio.

Jenny Blanco también tuvo una breve participación, precisamente asumiendo un papel de «Chapiadora», termino denigrante que se ha popularizado los últimos años.

Lo de David Collado, presidente de Entrepeneur Films, no tiene nombre, innecesaria fue su participación haciendo las entrevistas sosas, carentes de chispa y agilidad que le caracterizan.

La historia y el enfoque de la misma es bueno que se dé a conocer, generalmente vemos los resultados, más no conocemos del trabajo que se pasa con el deseo de alcanzar un posicionamiento dentro de una sociedad tan dividida.