NUEVA YORK — A unos pasos de una frutería en la calle 45 y la Quinta avenida, enSunset Park, un hombre de unos 30 años distribuye sigilosamente tarjetas de colores brillantes que invitan a trabajadores a «disfrutar de una candente latina».

chica card



El sujeto de piel trigueña, quien viste una playera alusiva a un equipo mexicano de fútbol, pasa desapercibido en el vibrante vecindario. En cuanto se acerca un individuo de apariencia latina, extiende la mano y pregona discretamente «primo, hay chicas».

Algunos transeúntes toman la tarjeta y la ocultan en un bolsillo. Otros la observan fugazmente y la arrojan de inmediato en los zafacones más cercanos.



“Señorita, usted no ha descubierto nada nuevo. Esto de las ‘chicas card’ y de los prostíbulos tiene años”, expresó el comerciante mexicano Juan Carlos Torres, un residente de Sunset Park por casi dos décadas. “Antes era más escondido, pero últimamente a esta mafia no le importa buscar clientes en plena luz del día”.

En una caminata entre las calles 40 y 60, El Diario logró recolectar unas 10 chicas card con diferentes números telefónicos y nombres de contacto, como Luís, Pedrín y Angelito.

En 2011, el gobernador Andrew M. Cuomo firmó la Ley Chicas Card, patrocinada por elsenador José Peralta y el asambleísta Francisco Moya en respuesta a la proliferación de estas tarjetas a lo largo de unas 40 cuadras en la avenida Roosevelt y calles adyacentes, en los vecindarios de Jackson Heights, Corona y Elmhurst.

“La ley sirvió un poco. Se ven menos tarjetas en las calles, pero las ‘chicas, chicas’ no se van del todo”, dijo Roberto Meneses, organizador del grupo Jornaleros Unidos, deWoodside.

El jornalero Gonzalo Pérez, quien frecuenta las paradas de Queens, comentó que las nuevas distribuidoras de chicas card en la Roosevelt son mujeres de hasta 60 años, quienes logran evadir el ojo vigilante de la Uniformada con su apariencia.

“Estás señoras son gente de la comunidad, las conocemos bien. Se ganan la vida sin saber qué hay detrás”, contó.  “Antes eran muchachos jóvenes los que repartían las tarjetas”.

El asambleísta Francisco Moya dijo no haber escuchado de esta nueva modalidad de distribución de tarjetas.

La legislación estatal Chicas Card clasifica como un delito la distribución -en la vía pública- de más de 10 tarjetas que anuncian servicios de prostitución. Quienes violan la norma encaran una multa de $1,000 y hasta un año en prisión, o las dos sanciones conjuntas. Pese a la ofensiva, los distribuidores de «chicas card» ganaron terreno en otras áreas de la ciudad.

“Desde que la ley fue aprobada, la presencia de las tarjetas ha disminuido en Queens, sin embargo; todavía se distribuyen sin respeto a las normas y límites que contempla la legislación”, dijo el senador José Peralta. “Se han ganado batallas, pero la guerra contra este material vergonzoso y obsceno no ha finalizado”, admitió.

El funcionario calificó como «una muy mala noticia» que estas tarjetas estén proliferando en lugares de Manhattan, Brooklyn y El Bronx.

“Pese a las redadas que se producen en ocasiones a manos de la Policía, los proxenetas no cesan en explotar a las mujeres y siguen distribuyendo este material bochornoso”, dijo Peralta.

Las tarjetas son comunes en vecindarios como Jamaica y Astoria, en Queens; Fordham en El Bronx y en el norte de Manhattan. En Sunset Park, algunos puntos de distribución son las iglesias luego de las misas dominicales, como la Basílica del Perpetuo Socorro en la calle 59 y la Quinta avenida.

“El domingo pasado me dieron una tarjeta aunque venía acompañado de mi esposa y mis hijos. Yo sentí más vergüenza que aquel tipo”, dijo el dominicano Jesús Martínez, un residente del área. “Los niños están expuestos a fotografías inmorales”.

Es difícil determinar la efectividad de la Ley Chicas Card. La Policía dijo que no clasifica los arrestos por una legislación específica, sin embargo; en mayo de 2014, The New York Times publicó la crónica del arresto de un distribuidor identificado como Adelfo A. López, de Corona. Según el rotativo, al hombre se le radicaron cargos en cuarto grado por promover la prostitución. El NYPD dijo al periódico que fue su tercera detención en menos de un año por el mismo delito.

Burdeles detrás de las «chicas card»

Al llamar al número telefónico de una «chica card» distribuida en Sunset Park, la voz masculina al teléfono se limita a contestar con un «primo, te llamó ahorita (sic)». En pocos minutos, el sujeto envía un mensaje de texto desde otro número telefónico.

“Primo, mándame mensaje”, escribe. El interlocutor responde “Estoy en Sunset Park, ¿qué tienes por aquí?”.

El sujeto ofrece mujeres mexicanas y salvadoreñas y ubica el burdel en la calle 41 y la Quinta avenida. “¿Cómo estás vestido?”, pregunta en otra conversación. “Ahorita bajo por ti”.

Pero no es el único sitio en el vecindario. Los residentes reportan otro prostíbulo en la calle 42 y la Segunda avenida. El lugar es un edificio deteriorado que pasa desapercibido en la zona solitaria. Al permanecer varias horas cerca del lugar, se puede ver a unas cuatro jóvenes mujeres salir y abordar taxis en distintas direcciones. Los vecinos dicen que son los «delivery» o servicio a domicilio.

“Supe de este sitio porque me contrataron para hacer reparaciones en el bar de la esquina”, contó Jacinto, un jornalero del área. “Todos aquí saben dónde hay prostitutas”.

Oren Yaniv, vocero de la fiscalía de Brooklyn, declaró que los investigadores saben de la distribución de las chicas card en Sunset Park, pero actualmente no hay una investigación abierta vinculada a burdeles.

Varias solicitudes de comentarios al concejal Carlos Menchaca no fueron respondidas de inmediato. El bastión latino de Sunset Park es parte de su distrito.

Las casas de lenocinio podrían ser la punta del iceberg.  Moya destacó que parte del propósito de impulsar la Ley Chicas Card fue combatir la trata de personas.

“Muchos de estos sitios son el calvario de víctimas de explotación sexual”, explicó. “El propósito final de la ofensiva de las autoridades y de las legislaciones es erradicar este problema”.

Otros condados coinciden con el asambleísta. Hildalyn Colón, vocera de la fiscalía de Manhattan, argumentó que en la comunidad impera la idea errónea de que las víctimas de trata están presas en un sótano, pero muchas son explotadas bajo coerción. Deudas de dinero, amenazas de deportación o de hacer daño a la familia y la manipulación asociada con drogas pueden ser las cadenas sicológicas que someten a las mujeres.

Solicite ayuda

* Si usted tiene información que desee compartir anónimamente, o quiere reportar un caso, puede llamar a la Línea Directa de Tráfico Laboral en Español al (212) 335-3400.

* En 2007, fue aprobada una ley estatal contra la trata de personas, la cual asigna fondos para programas de ayuda. En Nueva York, las víctimas de trata están totalmente protegidas.

Fuente: ElDiarioNY