Una pareja de hombres, el estadounidense Gordon Lake y el español Manuel Santos viven escondidos en la capital tailandesa de Bangkok, su pequeña hija de pocos meses de nacida, Carmen,apenas sabe lo que es el aire fresco.

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Ambos han quedado atrapados en el entramado judicial del país. La mujer que fue contratada por ellos como vientre de alquiler se niega a permitir la salida del país del bebé.

La normativa en Tailandia permitía resquicios legales que abrían posibilidades y decenas de agencias guiaban a parejas deseosas de ser padres de todo el mundo.



Pero en 2014 saltaron dos escándalos que endurecieron las leyes. Una madre de alquiler dio a luz a unos mellizos. Uno de ellos, el niño, nació con síndrome de Down y los padres solo se llevaron a la niña sana. Ese mismo año, también fue noticia un japonés que había engendrado 10 hijos a través de madres de alquiler.

“Carmen nació antes de que la ley entrara en vigor”, señala Lake en conversación con la Agencia Alemana de Prensa. Para Lake y Santos, el sueño de tener una familia se ha convertido en una pesadilla. Tienen un hijo ya de dos años, Álvaro, que nació de una madre de alquiler en India, antes de que la ley prohibiese este tipo de acuerdo con parejas homosexuales.

Lake y Santos pagaron por Carmen unos US$40,000. La madre de alquiler firmó los papeles para que los padres pudieran llevarse a la pequeña del hospital. Pero cuando tenía que acudir a la embajada estadounidense para firmar el pasaporte de la pequeña, no apareció.

“Seguiremos luchando”, aseguró Lake, que ya ha conseguido más de 163,000 firmas de apoyo en la plataforma Change.org. “Nosotros llevaremos a nuestra hija a casa. No saldremos del país sin Carmen”.

Fuente: Peru21