Los Angeles, Estados Unidos. La sequía que California sufre desde hace cuatro años amenaza con eliminar distintas variedades de salmones y matar árboles por la falta de agua y las plagas de insectos.

Sequia



Los salmones chinuc, también conocidos como salmones reales, están en peligro de extinción desde 1994, pero la falta de lluvias ha exacerbado sus problemas.

Tradicionalmente remontaban el río Sacramento para poner sus huevos en las frías aguas procedentes de las montañas.



Pero la migración ha caído en picado en los últimos años.

En 2009 se contabilizaron unos 4,4 millones de chinuc, mientras que el año pasado sólo hubo 411.000.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), el 95% de los huevos no sobrevivieron.

«El año pasado fue muy duro para los peces del río Sacramento por culpa de la sequía y la ola de calor», explicó a la AFP el portavoz de la institución, Michael Milstein.

«Este año esperábamos que fuera mejor», agregó. Pero no lo ha sido.

A pesar de que se han puesto más huevos, por las aguas del río Sacramento han bajado un 22% menos de salmones jóvenes.

Uno de los principales referentes es la presa Red Bluff, situada al norte del Valle Central de California, por donde han pasado 217.000 ejemplares este año, frente a los 280.000 del mismo periodo del año anterior.

– Calentamiento global –

Los salmones Sockeye del río Columbia en Oregon y el estado de Washington son otras especies amenazadas por la sequía.

«Es el tipo de consecuencia que esperamos ver a partir de ahora por culpa del calentamiento global», señaló Milstein.

El cambio climático ha perturbado además la vida de los lobos de mar y las morsas en Alaska y California.

Algunos predadores como los osos y los pumas también se han visto obligados a desplazar su hábitat natural para encontrar agua y comida, lo que aumenta los potenciales contactos con los humanos, de acuerdo con Clark Blanchard, del departamento de medioambiente californiano.

La agencia que controla la piscicultura y los animales salvajes de California ha percibido que «hay más animales donde no debería haber».

La flora, y en particular los árboles, corre un serio peligro si el estado atraviesa un quinto año de sequía consecutivo.

Según los servicios forestales, ya han muerto 22 millones de árboles en California por la falta de agua.

El gobernador demócrata Jerry Brown declaró el viernes el estado de emergencia porque la región vive «su peor epidemia mortal de árboles» de los últimos años.

Estas condiciones climáticas favorecen la proliferación de escolitinos, unos pequeños insectos que se comen los árboles.

El Joshua Tree, símbolo del desierto californiano, los secuoyas gigantes del parque nacional de Yosemite y los pinos están amenazados por estas plagas.