Santo Domingo. El abogado y catedrático universitario Namphi Rodríguez lamentó que el país conmemore el 171 aniversario de la proclamación de la Constitución el mismo año en que el presidente Danilo Medina impuso con “la violencia del poder” una reforma regresiva para restablecer la reelección en su provecho.

Rodríguez, profesor de Derecho Constitucional y presidente de la Fundación Prensa y Derecho, dijo que Medina implantó una reforma reeleccionista como un traje a la medida que ha divido a su partido y a la sociedad dominicana.



Danilo Medina

“En las 39 reformas constitucionales, la de junio de este año, de Danilo Medina, es una de las peores reformas porque en pleno siglo XXI el Presidente tuvo un comportamiento como un caudillo autoritario decimonónico”, subrayó.



Reveló que la estrategia de la reforma fue montada por el marketinero brasileño Joao Santana, empleando medios que fueron desde la utilización del narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo para desprestigiar al ex presidente Leonel Fernández, hasta la compra de la oposición política, de legisladores y de sectores de opinión pública.

“Fue una verdadera masacre institucional la que se dio con la reforma constitucional de junio pasado y eso tendrá consecuencias políticas muy serias en el próximo período de gobierno”, advirtió.

El jurista resaltó que con su reforma, Medina rompió la tradición liberal que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) heredó de su fundador, Juan Bosch, y que fue refrendada por el ex presidente Fernández cuando suprimió la reelección en su reforma del año 2010.

“Esa reforma fue un acto violento, de profundo egoísmo político, que echó por la borda todo el legado del líder y mentor del PLD y que enterró la tradición del pensamiento liberal en la historia dominicana”, adujo.

Añadió que como manifestación de ese estado de “ilegitimidad constitucional” se desconocieron procedimientos preceptivos como el referendo y se pretendió pasar la reforma con una ley ordinaria, cuando la Constitución mandaba que fuera orgánica.

“Es un episodio gris en la historia del constitucionalismo dominicano, en el que ni siquiera Balaguer incurrió; sólo es equiparable a las reformas de Santana, Báez, Lílis, Trujillo e Hipólito Mejía”, lamentó Namphi Rodríguez.