Santo Domingo. La salida del grupo SIN de los periodistas Marino Zapete y Edith Febles, ha desatado hoy una serie de especulaciones.

¿Cuál pudo ser la gota que derramó el vaso?



Sobre la mesa hay varias versiones de lo que realmente pasó, ¿Cómo es posible que el Grupo SIN saliera de sus dos comentaristas estelares en momentos en los que se avecinan unas elecciones presidenciales?

Marino y Edith



Marino Zapete indicó esta mañana que el periodismo que realiza con su compañera no encaja en el negocio y les sacó el poder. ¿Qué hay de cierto en eso?, Ahora mismo el principal proveedor de publicad es el Gobierno y no van a colocar publicidad en un espacio donde constantemente son bombardeados con noticias que precisamente a ellos no les interesa que sean debatidas en la prensa, quizás Marino tenga razón, ellos no encajan en ese esquema, pero el grupo SIN tiene que pagar la renta de ese espacio a Color Visión.

La rentabilidad es vital, esta parte del comunicado de Fernando Hasbún, presidente del Grupo SIN lo resume todo “El replanteamiento de productos y servicios es un ejercicio común y cotidiano en todas las empresas privadas cuando los resultados financieros no están acordes con las expectativas y se demandan costos razonables, sin los cuales ningún medio o programa puede subsistir”, dijo Hasbún.

Otra de las posibles causas extraoficiales que se mencionan, fue el enfrentamiento de Zapete con la Iglesia Católica, específicamente contra el padre Manuel Ruíz y el Cardenal por el caso del exnuncio Josef Wesolowski, Domingo Bermúdez, propietario de Color Visión, es ultraconservador, y cuando la iglesia católica presiona, sus efectos son devastadores.

En el fondo los medios son un negocio y si el principal proveedor no entra en el juego, a los medios grandes y valga la redundancia,  se hace más difícil subsistir como empresa, esto tomando en cuenta que deben pagar empleados, energía eléctrica, técnicos, combustible, energía eléctrica, abogados, entre otras cosas.

Es lamentable, pero esa es la realidad del periodismo en la República Dominicana.