El 20 de enero de 2017, Barack Obama dejará la Casa Blanca. Le queda un año al frente de Estados Unidos antes de que los historiadores diseccionen su balance y le atribuyan un lugar en sus libros.

El último año que gobierna un presidente estadounidense suele ser difícil y frustrante. Con los ojos puestos en las elecciones presidenciales, el país le da menos atención al comandante en jefe, sus consejeros piensan en su propio futuro y los senadores olvidan el arte del compromiso.



Presidente Obama

«Tradicionalmente, el partido de oposición está centrado en las próximas elecciones y es todavía menos proclive a hacer una concesión», opina Julian Zelizer, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Princeton.



Pero la historia política estadounidense muestra que los últimos doce meses no siempre son estériles.

«Nunca fui tan optimista sobre el año que viene», dijo Obama antes de irse de vacaciones de Navidad a Hawái, su estado natal.

En busca de acuerdos limitados con el Capitolio, actuando por decreto o enviando fuertes señales simbólicas, a continuación las siete canteras sobre las cuales el 44 presidente de Estados Unidos puede esperar mover los frentes antes de dejar el poder.

Cerrar Guantánamo:

Desde 2009, Obama se empeña en cerrar esta emblemática y controversial prisión en Cuba «que los terroristas usan para reclutar».

A inicios de 2016, el presidente debe presentar en el Congreso una propuesta detallada para transferir a suelo estadounidense a los detenidos. Consciente de que las oportunidades de lograr un voto favorable son pocas, también tiene la capacidad de actuar por decreto.

 Completar el acuerdo de libre comercio de Asia-Pacífico

Gestado en medio del dolor después de cinco años de negociaciones, este vasto acuerdo de libre comercio con 11 países del Pacífico es una de las grandes victorias del Barack Obama en 2015. Queda pendiente superar el último obstáculo: el Congreso.

El presidente hasta ahora ha confiado en que sus adversarios republicanos, tradicionalmente más favorables a estos acuerdos, para avanzar. Pero las recientes declaraciones contradictorias de sus líderes y los cálculos políticos cercanos a las elecciones podrían complicar la situación. La partida está lejos de ser ganada.

Dejar una huella sobre tema migratorio

Como ocurrió con la reforma del sistema de salud o el matrimonio gay, Obama espera que los nueve jueces de la Corte Suprema le den un impulso para hacer avanzar uno de sus principales proyectos: la reforma del sistema de inmigración.

Ante la parálisis del Congreso, decidió hace un tiempo optar por los decretos sin esperar la votación de una hipotética ley para ofrecer a unos cinco millones de inmigrantes en situación irregular una perspectiva de regularización. Corresponde ahora a la Corte Suprema decidir.

Regular las armas de fuego

«Tenemos este extraño hábito de cobertura mediática ininterrumpida durante dos o tres día después (de una tragedia), repentinamente, pasamos a otra cosa. (En 2016) haré todo lo que pueda para que este tema sea objeto de una atención sostenida», declaró Obama recientemente.

Sus equipos trabajan en los decretos que deberían ser anunciados a inicios de año. Convencidos de que la mayoría de los estadounidenses son favorables a estas medidas de «sentido común», Obama también quiere convertirlo en un tema electoral.

Avanzar en un acuerdo sobre Siria

Ansioso por contrarrestar el sentimiento -muy extendido en Estados Unidos y otros países- de que no ha logrado lo suficiente con este tema, Obama espera marcar avances militares y diplomáticos.

Por primera vez, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluido Rusia, aprobaron una hoja de ruta para dar una solución política a la guerra en Siria. Pero aún queda lo más duro por hacer.

En el artículo titulado «Las ilusiones de Obama y Kerry en Siria», Frederic Hof, del centro de análisis Atlantic Council, considera que el enfoque estadounidense, si no evoluciona, está condenado al fracaso. Y denuncia los límites de una estrategia que se resume a «esperar» que el gobierno de Bashar al Asad, Rusia e Irán «vean al fin la verdad, reconozcan sus errores y se comprometan a nunca más fallar».

Viajar a Cuba

Un viaje a Cuba, cargado de simbolismo, marcaría el punto culminante de un acercamiento a La Habana iniciado hace un año, causando la sorpresa general y ampliamente respaldada en Cuba, Estados Unidos, pero también en el mundo.

Obama claramente indicó que deseaba ir a la Cuba, pero condiciona este viaje a los avances sobre las libertades individuales y los derechos del humanos en la isla comunista.

Contribuir a la elección de un demócrata

Obama sabe mejor que nadie que si un republicano le sucede en la Casa Blanca, tratará de desbaratar todo o parte de su legado, desde la reforma al sistema de salud a la lucha contra el cambio climático, pasando por el histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

«Pienso que tendré un sucesor demócrata y haré una campaña con fuerza para que eso suceda», prometió.