Un sueldo anual de 400 mil dólares neozelandeses (equivalentes a unos 15 millones de pesos chilenos mensuales), cuatro días de trabajo a la semana, casas de bajo precio, tres meses de vacaciones pagadas y un horario que incluye los fines de semana libres, son algunas de las condiciones que ofrece un nuevo puesto de trabajo en Nueva Zelanda.

La vacante es ofrecida por Alan Kenny, un médico de 61 años quién necesita algún reemplazante para poder llevar a cabo los turnos en la pequeña localidad de Tokoroa, en la que viven unas 13 mil personas, ubicada al sur de Auckland.



Sin embargo, y por increíble que parezca, hasta el momento no han llegado solicitudes de interesados al puesto. Según consignó el periódico neozelandés NZ Herald, Kenny asegura desconocer los motivos de este llamativo desinterés, aunque admite que la lejanía del pueblo con las grandes ciudades y la gran carga de trabajo pueden haber contribuido a esto.


“Ha sido un gran problema para mi encontrar a un médico suplente”,
comentó al citado medio. “El año pasado cancelé mis vacaciones porque no pude encontrar un reemplazante. Y este año probablemente tendré que hacer lo mismo…eso es duro para mi”, agregó el sacrificado profesional.



Kenny aseguró al periódico que el día anterior debió atender a 43 pacientes. “Amo mi trabajo y me gustaría seguir, pero mi cabeza se ha golpeado con un muro de ladrillos tratando de atraer doctores”, metaforizó.

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Los habitantes mayores de 15 años de Tokoroa tienen un ingreso medio de unos 17 mil dólares neozelandeses, mientras que las casas en la localidad son unas de las más baratas del país.

AFP