Hay una idea en el discurso político de Guillermo Moreno que resuena y se repite durante el diálogo en el que muestra sus propuestas: “La aplicación de la Ley con puño de hierro”. Es un concepto que enarbola y exhibe casi como lema o eslogan de campaña, pero que concentra su visión política y recuerda sus días en el ministerio público.

Es la concepción del cumplimiento de la ley, que evite las fisuras en el sistema político y judicial que llevan al país a una democracia imperfecta, que cojea en temas como la seguridad en la preparación de las investigaciones de los fiscales, o en los ingresos indirectos del funcionario público.



Guillermo Moreno

La idea de que la ley es dura, pero es la ley, es la que reivindica el discurso de Moreno, un político mesurado que se aleja de las provocaciones periodísticas que buscan grandes titulares, y que reconoce la estrategia de no apartarse de su discurso e ideas en cada segundo de la conversación que casi duró dos horas.



“Quiero aplicar la Ley con puño de hierro, sin fisuras o errores. Consciente de que si una Ley no nos gusta tenemos que cumplirla hasta que logremos cambiarla”, dice el aspirante presidencial, parte de la oposición política que concentra a siete candidatos a la presidencia del país.

Guillermo Moreno describe como una telaraña al Poder Judicial, que solo atrapa a las moscas y que eventualmente viene un águila y se come a las moscas, a la telaraña y también a la araña.

“Esas águilas no son atrapadas”, dice. Todo el espectro judicial tiene problemas, en su visión, la que intenta probar diciendo que la primera falla se registra en la prevención que debe hacer la Policía Nacional en las calles, y que luego pasa a los fallos en la elaboración de los expedientes judiciales por parte de los fiscales.

Que se acentúa con las órdenes internas que reciben los jueces y las intervenciones externas, políticas, que llegan hasta las altas cortes.

Y termina de mostrar el daño del sistema al señalar al sistema penitenciario, al que acusa de ser un colapso, precisamente el último capítulo del camino de seguridad y judicial que intenta regenerar a las personas privadas de su libertad por la comisión de hechos delictivos.

Relato sobre el aborto

No somos partidarios del aborto de manera absoluta como planteamiento. Creemos que es necesario y hacer todo el esfuerzo para permitir la preservación de la vida. Sin embargo en todas las sociedades se han identificado las causales que se ven como excepcionales dentro de la ley en las cuales la interrupción queda o se permite.

Yo en este caso siempre pongo un ejemplo. Nuestro segundo hijo, Juan Domingo, cuando Aura estaba embarazada en su quinto mes, Aura tuvo una ruptura de la membrana que le cubre y fuimos a un médico. Y el doctor dijo que era necesario interrumpir el embarazo, porque corre el riesgo de que saliera el líquido amniótico y producirle una septicemia. Para nosotros fue impactante y fuimos a un segundo médico y nos certificó lo mismo. Y fuimos a un tercero porque queríamos luchar hasta el final por la vida de la criatura y el médico nos hizo un razonamiento que fue un gran aprendizaje.

Él decía que si se producía la infección, la vida de Aura estaba en peligro y la de la criatura, pero dijo: “Todavía no se ha producido la infección, hay una opción, podemos administrar el embarazo, y si no, se produce luchar por la vida de la criatura”. Y nosotros luchamos con eso.

La meta era que llegara al séptimo mes, Aura tuvo que postrarse durante dos meses porque no podía infectarse, cuando llegamos al mes siete lo celebramos y terminó siendo de 9 libras y es un joven abogado, que hace un doctorado en Estados Unidos.

Fuente Listindiario.com/ Juan Eduardo Thomas