Captura de pantalla 2016-05-10 a las 3.33.05 p.m.Washington, 10 may (EFE).- Doce pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS13) han sido declarados culpables de tres brutales asesinatos y un intento de asesinato en el estado de Virginia (EE.UU.), según documentos judiciales a los que accedió hoy Efe.

Seis de los miembros de la banda fueron declarados culpables el lunes por un jurado popular, aunque no se fijó la condena, que podría llegar a ser de cadena perpetua.



Los otros seis miembros de la Mara Salvatrucha se declararon culpables y evitaron ir a juicio, por lo que enfrentarán penas menores, mientras que un decimotercer miembro fue apartado del caso por las autoridades judiciales, todavía no ha sido declarado culpable y será juzgado de forma separada.

«La violencia extrema es el sello distintivo de la Mara Salvatrucha y estos terribles crímenes representan exactamente lo que la banda defiende», consideró en un comunicado el fiscal del Distrito Este de Virginia Dana J. Boente, que ha liderado la investigación del caso.



De acuerdo con los documentos judiciales, uno de los asesinados es Nelson Omar Quintanilla Trujillo, a quien mataron el 7 de octubre de 2013 ocho miembros de esta banda con gran presencia en Centroamérica, especialmente en El Salvador.

Los miembros de la banda en Virginia creían que Quintanilla Trujillo era un «chivato», así que lo citaron en un parque de la localidad de Falls Church (Virginia), le clavaron cuchillos, lo golpearon con un machete y lo enterraron en una tumba poco profunda, según documentos de la Corte del Distrito Este de Virginia.

En el mismo parque de Falls Church (Virginia), el 29 de marzo de 2014 siete miembros de la Mara Salvatrucha mataron a Gerson Adoni Martínez Aguilar, un hombre que se encargaba de reclutar a nuevos miembros para la banda y que «había roto las reglas», según un comunicado de la Fiscalía del Distrito Este de Virginia.

Los siete pandilleros lo apuñalaron repetidamente, le cortaron la cabeza y luego lo enterraron en una fosa poco profunda.

Poco después, el 19 de junio de 2014, Julio Urrutia fue supuestamente asesinado por tres miembros de la banda: Jose Del Cid, Genaro García Sen y Jesús Alejandro Chávez, este último que había salido de prisión ocho días antes y que fue quien disparó en el cuello a la víctima.

El asesinato de Urrutia se produjo cuando los pandilleros estaban buscando pelea con miembros de bandas rivales y se acercaron a un grupo de jóvenes, entre los que estaba Urrutia.

Además de esos tres asesinatos, los miembros de la Mara Salvatrucha se enfrentan a otro cargo de intento de asesinato por haber viajado en un vehículo en octubre de 2013 hasta un instituto de la localidad de Woodbridge (Virginia) con la intención de matar a un miembro de la pandilla.

El asesinato no llegó a producirse porque uno de los miembros de la banda alertó a la Policía del plan.

Ese miembro de la Mara Salvatrucha llegó a grabar llamadas entre los miembros y una reunión en la que se planeó el asesinato, en la que intervino Pedro Anthony Romero Cruz, que está en prisión pero participó en la conspiración criminal a través de un teléfono celular que coló de contrabando en el penal.

«Los acusados aterrorizaron a nuestras comunidades con actos sin sentido, depravadas amenazas, intimidación y violencia», consideró en un comunicado el director auxiliar de la oficina local de Washington del FBI, Paul M. Abbate, que reafirmó el compromiso de las autoridades estadounidenses para luchar contra las bandas.

La fase de condena, en la que se fijarán el castigo para los culpables, tendrá lugar en verano, informó la oficina del fiscal del Distrito Este de Virginia.

La Mara Salvatrucha es una de las bandas de hispanos más grandes que opera en EE.UU., según el Departamento de Justicia.

Las autoridades estadounidenses estiman que la banda cuenta con entre 30.000 y 50.000 miembros en todo el mundo, de los que entre 8.000 y 10.000 residen en Estados Unidos, con especial presencia en las Atlanta, Dallas, los Ángeles, Washington y las áreas metropolitanas de Nueva York. EFE