Santo Domingo Este. Bartolo Díaz, de 42 años, lleva casi un año en prisión en la penitenciaría nacional de La Victoria, imputado de cometer violencia contra su esposa, Yeimy Acosta, de 35.

Este lunes nueve de mayo fue llevado ante el Cuarto Juzgado de la Instrucción de la provincia Santo Domingo, donde se conocería la audiencia preliminar para determinar si era enviado o no a juicio de fondo.

Bartolo Diaz. Foto de ciudadoriental.org

Bartolo Diaz. Foto de ciudadoriental.org

Cuando el juez Julio de los Santos Morla pidió oír el testimonio de la mujer victima en el proceso, esta proclamó: “Yo lo metí preso, porque él no lavaba ni prestaba la batea”.

Relata el periodista Por Julio Benzant que el juez pidió que explicará lo que decía, y la abogada de defensoría pública del imputado se adelantó y dijo: “Honorable, que no resolvía bien el pozo”.

La alusión de la mujer era que su marido era “flojo” en las relaciones sexuales y que alegadamente no permitía que esta buscará satisfacer el deseo sexual fuera de la casa.

Reporta el portal ciudadoriental.org que las risas alborotaron toda la sala de audiencia, y la mujer acusadora volvió a tomar la palabra: “Señor juez, nosotros nos fuimos a la trompa, y yo le di más golpes a él que él a mi”.

Los detalles que dio la esposa al tribunal, buscaban una especie de desestimiento oral de la acción penal contra el marido.

“El estaba muy flojo, pero los presos le ha hecho un remedio que lo tienen como un trinquete”, dijo Yeimy en medio de las risas de todos.

Cuando las risas bajaron, el magistrado De los Santos Morla, tenía un veredicto: “Este tribunal cambia la prisión preventiva por una garantía económica de mil pesos en efectivo”.

El tribunal dispuso además que se presente cada 30 días ante un representante del Ministerio Público.

Bartolo y Yeimy, procrearon una hija que tiene nueve años de edad, y viven en el barrio La Unión en Los Alcarrizos.

Constantemente se conocen en los tribunales de esta demarcación casos de mujeres que instruyen acusaciones penales a sus maridos por estar celosas, porque tienen otro hombre o simplemente porque no quieren continuar la relación marital.

Muchos de esos imputados permanecen un año o más en prisión preventiva, en lo que dura el proceso de investigación de la fiscalía.